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El tráfico en la AP-53 durante los meses verano disminuye respecto al año pasado

Los 8.501 desplazamientos de agosto se sitúan lejos de los 8.837 que promedió en el mismo mes de 2021 | Los números de la autopista en septiembre también son peores

Tramo de la vía a su paso por Dozón. | // BERNABÉ

El impacto de la pandemia sanitaria generó un impacto en la densidad de tráfico en la AP-53 y la vía de alta capacidad que comunica Santiago de Compostela con la comarca dezana frenó durante 2020 una tendencia positiva iniciada siete años antes. En 2019 la autopista marcó un récord de desplazamientos, con una Intensidad Media Diaria (IDM) de casi 7.000 vehículos, cayendo a 4.861 en el primer año de la crisis sanitaria, sobre todo, por los confinamientos y las restricciones en la movilidad.

El verano es la época con más tráfico en la infraestructura y los datos que nos arroja el período comprendido entre julio y septiembre nos indican que por la AP-53 entraron menos vehículos que un año antes. Los datos divulgados por el Ministerio de Transportes ponen de manifiesto que en julio se contabilizaron 7.853 viajes, que son 131 menos respecto al mismo mes de 2021. Más distancia existe en los niveles de desplazamientos en agosto, con 8.501, frente a 8.837 del mismo mes del ejercicio pasado. Es más, con los últimos coletazos de la pandemia sanitaria, en agosto de 2021 se registró el récord de desplazamientos en un mes desde la apertura de la vía; es decir, nunca en 30 días se contabilizaron tantos viajes como entonces. Si la diferencia entre agosto de este año y el anterior es de 336 vehículos menos, la distancia es todavía más acusada si observamos la evolución de septiembre. La Intensidad Media Diaria se situó en 7.244 vehículos, que son medio millar menos.

El balance de tráfico de pasada campaña estival sí mejora ligeramente el de la prepandemia, pero con unos números bastante semejantes. Ahora, los cálculos medios de julio, agosto y septiembre nos dejan un promedio de 7.886 viajes diarios, muy cerca de los 7.779 del verano de 2019. Obviamente están muy por encima de los del ejercicio 2020, pues, como comentamos, la incidencia del coronavirus frenó en seco los viajes por carretera y la movilidad de la población.

La relación de tráfico por meses en lo que llevamos de año es la siguiente: enero (5.586 desplazamientos), febrero (6.356), marzo (6.096), abril (6.837), mayo (6.679), junio (7.340), julio (7.853), agosto (8.501) y 7.244 en septiembre. Si analizamos la demanda de la vía para vehículos pesados conviene apuntar que, en los nueve primeros meses del año, el balance diario osciló entre 372 de enero y 491 de junio. A pesar lo acontecido en verano, sí conviene indicar que existe una evolución positiva en el tráfico en las comparativas por meses respecto a 2021.

Inflación

El alza de precios de los combustibles y el impacto que la inflación generó en las economías familiares y empresariales podría haber influido negativamente en la caída de tráfico en los meses de verano. Porque estamos hablando de una campaña estival sin apenas medidas preventivas por posibles contagios por COVID-19, con el regreso de las fiestas, verbenas e incluso conciertos de gran formato.

Frente político que se quedó en una fotografía

Hace un año, una quincena de alcaldes se reunían con la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, para abrir un frente común contra el Gobierno central para exigir el abaratamiento de las tarifas de la autopista. Al encuentro acudieron mandatarios de municipios por los que discurre la infraestructura de titularidad estatal [también todos los dezanos y el de A Estrada, José López], inmortalizados junto a la conselleira, que anunció la realización de un informe sobre el impacto que tendría en la autopista Santiago-Dozón la aplicación del modelo de bonificaciones aprobado para la AP-9. El estudio fue remitido después al ministerio, que debió acabar en el limbo de los justos. Aquel frente común sirvió para poner de manifiesto una justísima reivindicación, pero en esta escenificación también se jugó la baza electoralista de un gobierno autonómico del PP contra el ejecutivo central liderado por el PSOE. También es justo imputar a populares y socialistas no haber movido un dedo para rebajar las tarifas cuando tuvieron responsabilidades de gobierno en Madrid. La carestía de la AP-53 se arrastra casi desde que fue puesta en marcha y año tras año, al margen de alguna congelación de tarifas, la escalada de precios ha sido constante. Un desplazamiento de ida y vuelta de Lalín a Santiago cuesta 12,30 euros. Descartada por ahora la rebaja de precios, el gobierno lalinense ultima un informe jurídico para ir contra la concesionaria y que los tribunales decidan si la empresa puede cobrar por el tramo de 14 kilómetros, hasta Dozón, cuando los usuarios toman alguna de las salidas de Lalín y pagan por un trayecto que no realizan.

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