Los cementerios lucen más limpios y floridos que nunca debido a la proximidad del Día de Difuntos. Aunque la festividad propiamente dicha se conmemora el 2 de noviembre, el próximo miércoles, día laborable, casi todo el mundo aprovecha el fin de semana previo, la presente jornada –básicamente, los afortunados que disfrutan de puente– o la festiva de mañana, Todos Los Santos, para rendir visita a sus deudos. La tregua meteorológica vivida en la jornada dominical incentivó aún más la presencia de gente en los camposantos.
Las tormentas de los últimos días hicieron destrozos en los ramos, coronas o jarrones de quienes optaron por adelantar aún más la cita con sus desaparecidos seres queridos. Por eso, hubo quien, aprovechando el buen tiempo, volvió ayer a arreglar los desperfectos.
En general, las visitas se prolongaron durante toda la jornada y tendrán continuidad en las próximas, con un último tirón el siguiente fin de semana para quienes no pudieran cursarlas antes. Cementerios como el estradense de Figueiroa o los municipales viejo y nuevo de Lalín fueron de los más frecuentados, dadas sus dimensiones. En este último, de A Romea, los aguaceros empeoraron un acceso ya condicionado por las obras de ampliación, delimitadas con cintas.
