La presa de Portodemouros está al 46,8% de su capacidad. Las lluvias caídas semanas atrás apenas hicieron mella en la presa, de modo que la microcistina continúa tiñendo de verde las aguas. Pero ahora, estos tonos se mezclan con los azules que pueblan las rocas que, en un otoño normal, deberían estar ocultas bajo el agua. Los vecinos y visitantes que durante estos días se acercan al pantano coinciden en que, por esta presencia de algas, el agua desprende un olor bastante desagradable. En este sentido, Portodemouros forma parte de un estudio de la Xunta que puso en marcha Augas de Galicia para analizar la evolución de las cianobacterias.