La crisis demográfica en los concellos de Deza y Tabeirós-Montes no cesa, como demuestran los nuevos datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), que sitúan el saldo vegetativo de las comarcas en -357 y -231 respectivamente. Así pues, la relación entre muertes y nacimientos en la zona continúa en números rojos. Como es de esperar, los municipios con más habitantes registran un índice mayor, como es el caso de Lalín, con -130 y A Estrada con -164. En este aspecto, la capital dezana parece estar levemente mejor que la localidad de Tabeirós. Curiosamente, esta última recibe en 2021 peor saldo que en 2020, en el que registró -135, pese a ser este el año del COVID y la pandemia. Aún así, si se extiende la comparativa a 2019, el empeoramiento demográfico lalinense es sustancialmente más marcado, con -91, frente al -175 estradense. En esta línea hay que señalar también el decrecimiento de población en Dozón, que pasó de -8 en 2019 a -17 en 2021, el doble en dos años y medio. Y en el lado contrario, cabe mencionar la mejora de Forcarei, con -87 en 2019, frente al -67 del pasado año.

En general, la tendencia predominante en los concellos es de un aumento progresivo de la mortandad, excepto en casos puntuales, como A Estrada o Forcarei, que reducen sus cifras del 2019 al 2021. Además, este fenómeno puede tener que ver con picos producidos por la pandemia y el COVID, circunstancias extraordinarias. Claro ejemplo es el número de defunciones total de Deza, que llegó a 613 en 2020, por las 516 del año anterior y las 586 del posterior.

Como se mencionaba anteriormente, el saldo vegetativo se refiere a la relación entre defunciones y nacimientos. El goteo poblacional en las comarcas se ha ido deteriorando desde hace más de una década, con un censo cada vez más envejecido, lo que podría llevar a pensar que antes nacen menos habitantes ahora que, por ejemplo, a comienzos del milenio. No obstante, si se repasan los números, sorprende comprobar que las cifras de nacimientos hace 22 y años no difieren en exceso de las de ahora, al igual que las de defunciones.

En Deza, en el 2000, nacieron 246 personas y fallecieron 498. Este dato no se aleja demasiado de los 229 que nacieron y los 586 que fallecieron en 2021. Lo mismo ocurre en Tabeirós-Montes, que en el 2000 registró 163 nacimientos y 418 defunciones, frente a los 113 recién nacidos de 2021 y las 344 muertes.

Si la comparación se hace con la década anterior, 2010, el rango de variación es apenas perceptible. En este año vinieron al mundo 281 dezanos y 165 habitantes de Tabeirós-Montes. En contraposición, fallecieron 556 y 339 respectivamente.

Parece, pues, que el problema de la escasa natalidad en la zona es incluso anterior al comienzo de milenio. Un dato que en cierta medida no sorprende, dado el alto número de factores que intervinieron en este proceso, como la emigración, la entrada de la mujer al mundo laboral y sobre todo, el cambio radical en el estilo de vida. Así, cada vez es menos habitual encontrarse con familias de más de cuatro o cinco miembros, frente a las de diez u once de antaño, especialmente en áreas rurales.

También debe tenerse en cuenta otro fenómeno, bastante más reciente, que es el éxodo de los jóvenes, generalmente formados académicamente, hacia las grandes metrópolis, como en Galicia pueden ser Coruña, Santiago y Vigo, y a nivel estatal Madrid y Barcelona. Esto conlleva que el censo de municipios de interior, como A Estrada o Lalín, se vea dramáticamente menguado.

185 matrimonios, 73 más que el año del COVID

Algunos dicen que casarse ya no se estila, pero los datos del IGE muestran todo lo contrario. Después de una leve bajada en el número de matrimonios registrados en 2020 en las comarcas, presumiblemente a causa de la pandemia y el COVID, 2021 muestra una recuperación en este sesgo, devolviéndolo a los índices de años anteriores. En Deza este pasado ciclo se registraron 113 uniones, mientras que en Tabeirós-Montes fueron 72. Esto es 58 y 15 más que en el 2020, respectivamente. Las oscilaciones varían dependiendo del concello. En Rodeiro, por ejemplo, el año de la pandemia no se celebraron matrimonios, mientras que en 2019 se realizaron 6 y en 2021 7. En Lalín la cifra se redujo en torno al 50%, pasando de 51 antes del COVID, a 24 la crisis sanitaria, y 59 en el 2021. Como dato curioso, en Forcarei no solo no se redujo el número de uniones a causa del virus, sino que aumentó considerablemente, pasando de 2 en el 2019, a 11 en 2020, tan sólo uno menos que los registrados en 2021. Respecto a si esta es una tradición que se ha ido perdiendo con los años, todo apunta a que se mantiene. En el 2001 Deza contabilizó 151 matrimonios y Tabeirós-Montes 119, cifras muy similares a las que se manejan hoy día, si bien en el último se aprecia un leve descenso.