Después de seis intensos meses de trabajos, la calma ha regresado al CEIP Figueiroa. Atrás queda un curso en el que la actividad del centro escolar estradense con más alumnos ha tenido que convivir con el día a día de las obras más importantes a las que se ha sometido desde su apertura en 1979. “Han sido seis meses difíciles de convivencia pero era la única opción si no queríamos perder esta oportunidad. Fue complicado a nivel organizativo, con limpiezas y cambios de aulas constantes pero todos estamos de acuerdo en que valió la pena”, afirmó el director, José Manuel Reboredo.

Nuevo comedor en forma de L con casi 100 metros cuadrados. | // L.D.

Las obras han supuesto un cambio de cara total para el viejo centro, que ahora luce con nueva fachada aislada recién pintada y nuevas ventanas aislantes. Además, se ha dotado de un nuevo tejado a la vieja casa del conserje. Sin embargo, los principales cambios van por dentro. El centro cuenta ahora con nuevo falso techo, se ha pulido el suelo –uno de los principales problemas a la hora de compaginar con las clases–, la caldera se sustituyó por una de biomasa y se instaló iluminación LED, además de pintarse todo el centro. Con la combinación de todas estas medidas se calcula un ahorro próximo al 73% en lo relativo al consumo de energía.

Sin embargo, uno de los cambios más deseados por el centro era la reforma del comedor escolar, un añadido sobre el proyecto inicial que ha permitido separar el espacio de comedor del destinado a usos múltiples. Tiene unos 96 metros cuadrados, más baño, y puerta tanto hacia el patio delantero como el trasero, mientras que habrá una puerta de acceso al comedor, también desde el propio centro. En la actualidad el comedor escolar de Figueiroa cuenta con unos 130 niños inscritos cada mes. La media por día se sitúa en torno al centenar. Era una cantidad muy elevada para las instalaciones con las que contaban.

El fin de las obras coincide casi con el fin de curso, por lo que será el que viene cuando la comunidad escolar podrá sacar todo su partido a estas mejoras.

Una aportación que rondó el millón de euros

La remodelación realizada en el colegio de Figueiroa estuvo cerca del millón de euros, según los datos facilitados en su día. De ellos, 735.000 viene desde la Xunta a través de fondos europeos destinados la mejora de eficiencia energética en centros educativos. En concreto, a través del PIREP (Programa de Impulso á Rehabilitación de Edificios Públicos), se llevaron a cabo reformas en 21 colegios e institutos, tres edificios administrativos y dos centros culturales de Galicia.