Este cuadro de Laxeiro, que supone un ejercicio académico de sus clases nocturnas de dibujo en el Centro Galego en La Habana, nunca se movió de Bueu desde que en 1925 el pintor de Lalín, y de regreso de Cuba, a donde había emigrado su familia, se lo regalara a su primera maestra Teresa López González. Esta mujer de Bueu, que fue la primera maestra del Estado que llegó a la aldea del pintor en Botos, cuando los maestros dejaron de cobrar del ferrado, se encontró con un alumno con excelentes cualidades para el dibujo y la creación artística y le inculcó una afición que llevó al pintor a no olvidarla nunca por aquellos consejos que le llevaron al mundo mágico que fue después Laxeiro, recreador de fábulas, mitos y tradiciones gallegas. Por eso que cuando regresó de La Habana en 1925 le entregó este dibujo a su maestra, de la que siempre recordaba, como dejó escrito, “con el mayor cariño y cada cuadro que pinto lleva unas pinceladas de afectuoso recuerdo para ella, porque a ella debo mi dedicación a la pintura, al arte”.

Un artículo de prensa en honor a la maestra, con Laxeiro y el dibujo.

El dibujo, en lápiz sobre papel y que abre el Catálogo Universal de José Otero Abeledo, elaborado en 2009, está dedicado, de puño y letra por el autor de “O Naranxo”, “a mi profesora doña Teresa López (Mi primer trabajo)”. La obra sigue en poder de los herederos de doña Teresa, primero de su sobrino Manuel Ríos, y después de los hijos de éste, y en la misma esquina de Johan Carballeira con Montero Ríos, en donde sobre la antigua casa de la maestra se construyeron las viviendas en donde residen Teresa Ríos Diz y su hermana Rosa.

La familia nunca se ha mostrado dispuesta a que el cuadro se expusiera, incluso pese a los intentos del propio pintor con Manuel Ríos, pero no consiguió que esta Virgen, de la que sus propietarias se encuentran muy satisfechas, saliera de Bueu. Teresa asegura que ella nació con el cuadro en la casa y asegura que su padre nunca quiso que abandonara la vivienda.

La obra cobra fuerza en este año de Laxeiro, al que se le ha dedicado el Día das Artes Galegas, el pasado 1 de abril; permanece abierta hasta el 5 de junio en la Fundación Laxeiro en Vigo “Laxeiro desconocido I”, con obras inéditas de la primera época y comisariada por el director, Javier Pérez Buján, y ayer se inauguró en Lalín la exposición “Foi un home”, que llegará, entre enero y febrero de 2023, hasta París, en donde permanecerá abierta en el Instituto Cervantes. Esta misma exposición, en la que se presenta, con 40 obras, al Laxeiro de la etapa de Buenos Aires (1950 a 1970), se mostrará en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, del 22 de junio al 24 de julio; después de la inaugural en el Museo Ramón María Aller, de Lalín, en donde permanecerá hasta el 5 de junio. La gira llegará al Museo Centro Gaiás de la Cidade da Cultura de Santiago en donde se expondrá del 29 de septiembre al 18 de diciembre, para saltar a Francia.

Javier Pérez Buján, director artístico de la Fundación Laxeiro, reconoce que la historia del cuadro de Bueu es peculiar y, de hecho, esta Virgen abre el Catálogo Universal de 3.500 piezas del pintor que se realizó en 2009, dentro del trabajo de investigación, localización y autentificación de la obra del artista de Lalín. Se trata de la primera catalogación exhaustiva de un artista gallego.

Asegura que efectivamente nunca se ha logrado exponer el cuadro para que lo vea el gran público y que si no se incluye en la exposición que está ahora abierta en Vigo bajo el título de “Laxeiro desconocido I”, a la que pronto seguirá la segunda entrega, es porque la obra ya no es inédita, sino que está catalogada. En la ficha del catálogo consta el título de “Virgen María”, lápiz sobre papel, con bibliografía de “Oprimeiro Laxeiro”, de San Ildefonso Rodríguez, Garrido Moreno y Valle Pérez para el Museo de Pontevedra; y fechada en 1923, perteneciente a una colección particular en Bueu.

En esta biografía de Laxeiro, que acompaña la ficha, el cuadro es de lo poco que se conoce de la etapa cubana del artista: “La práctica diaria del dibujo conlleva un rápido dominio de la técnica que observamos en “Mi hermano Gerardo” (1924), aun siendo todavía un dibujo de técnica académica, muestra ya un pleno dominio de las sombras y el manejo del lápiz. Ambos presentan una firma caligráfica, característica de este tipo de obras de aprendizaje.; la primera, la de la Virgen, está firmada por José Otero Abeledo/Laxeiro y la segunda, por José Otero. La presencia de su nombre de pila, solo o acompañado el pseudónimo Laxeiro, será común en sus primeras obras e indica que aún no tenía definida una consideración artística por encontrarse en una fase de aprendizaje”.

La maestra de Laxeiro había comenzado su carrera en Bueu en donde montó una escuela particular, ejerció en la Escuela Nacional de Cela y se le asignó plaza en Lalín. Con la Guerra Ciivl perdió el trabajo, regresó a Bueu y después recuperó la plaza en Tui, en donde se jubiló.