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El viaje de Arati a la tierra que la verá nacer

Entre los 48 ucranianos que vienen en el autobús fletado por el Concello de Lalín figura una mujer embarazada de casi nueve meses

Un grupo de ucranianos de la expedición, durante su parada en el albergue de Frankfurt. | // EVA VÁZQUEZ Eva Vázquez

Probablemente nadie en el autobús que la trae hacia la tierra que la verá nacer represente como Arati la esperanza de un futuro en paz. Aunque ella todavía no es conciente de nada de lo que sucede a su alrededor, su nacimiento será muy diferente del que sus padres habían imaginado y, sobre todo, en un lugar completamente impensable para ellos hace apenas unos días. Si todo va según lo previsto, Arati verá la luz por primera vez en Lalín dentro de un par de semanas, o incluso antes. Viaja en la barriga de su madre, una de las 48 personas desplazadas por la invasión de Ucrania que viene en el autobús fletado por el Concello de Lalín. Precisamente, su avanzado estado de gestación es una de las complicaciones que retrasan el regreso de la expedición desde Polonia a la capital dezana.

En efecto, la llegada estaba prevista para la tarde de hoy, domingo, pero no se producirá “hasta la noche, probablemente”, tal como indicó ayer el jefe de Protección Civil, Víctor Blanco, que forma parte del contingente desplazado al este de Europa, junto a los dos conductores del autobús y cuatro periodistas de televisión (Antena 3 y TVE). En Polonia contaron con la ayuda de la madre de Paula Siwiec Zygmunt –ciudadana de ese país afincada en Lalín–, que había ido a visitar a su progenitora y que ahora regresa a Galicia en el autocar. De los 48 refugiados ucranianos, 22 son niños y los demás, adultos, incluídos cinco hombres con alguna dolencia que les exime de ser llamados a filas o que ya estaban fuera de su país cuando se produjo la invasión.

Un grupo de refugiados sube al autocar lalinense en Cracovia. Eva Vázquez

La expedición inició el viernes el largo camino de vuelta. Obras en autovías de Alemania les obligaron a desviarse por carreteras nacionales y dilataron más de cinco horas su llegada al albergue cercano a la ciudad de Frankfurt en donde tenían previsto dormir. Lo hicieron a las 4:30 horas de la madrugada de ayer y, aún así, los estaba esperando “un ejército de Protección Civil”, en palabras de Víctor Blanco, que se quita el sombrero con los alemanes. “¡Chapó por los alemanes! Llegamos cinco horas tarde y allí estaban sin desmayar, con todos los detalles preparados y un nivel de atención increíble”, relata el experto lalinense en emergencias, que ya había sido consultado por sus homólogos germanos para saber la edad de todos los niños o si alguno de los pasajeros padecía alergias o alguna enfermedad que precisase atención especial. Tomaron un tentempié y se acostaron, dejando la cena que les tenían preparada para la comida de ayer, tras la cual, hacia las dos de la tarde, volvieron a la carretera. “Tardamos un poco en salir porque llevamos a bordo a una mujer embarazada que sale de cuentas en quince días y estuvieron mirando como sería el viaje de vuelta, porque precisa estirarse de vez en cuando”, explica Eva Vázquez Lima, periodista de Antena 3 empotrada en la expedición.

Ayer por la tarde, el autobús había sobrepasado la localidad francesa de Metz, parada técnica en el trayecto de ida. Los conductores tienen que turnarse cada cuatro horas y, pasadas 21, el tacógrafo obliga al autocar a parar durante nueve horas. “Nos quedarán unas treinta horas de viaje, si no hay ningún imprevisto o no se prolongan mucho las paradas”, calculaba Víctor Blanco. De este modo, la llegada al albergue de Mouriscade, en donde serán alojados provisionalmente los refugiados, no se produciría hasta bien entrada la noche del domingo o incluso la madrugada del lunes.

Acondicionamiento de una vivienda, ayer por la tarde, en el centro de Lalín. Bernabé

En el albergue juvenil de Mouriscade sigue la primera familia de refugiados que llegó a Lalín, formada por doce personas (seis mujeres y seis niños). La intención es trasladarlos hoy a un piso de gran tamaño cedido por un particular, pues las dimensiones de las viviendas sociales de la calle Manuel Rivero obligarían a separarlos.

Preparación de una vivienda en González Taboada

La comisión de seguimiento de la acogida de refugiados tenía previsto visitar ayer por la tarde las casas de la calle Manuel Rivero, en donde se irán realojando a las familias procedentes de Ucrania. Pero, finalmente, se optó por retrasarla y dar prioridad al acondicionamiento de la vivienda que acogerá a los primeros refugiados. Se trata de un piso situado en la avenida Luis González Taboada, en la que anoche un grupo de voluntarios se afanaba por dejar todo listo. Las tareas fueron supervisadas por la teniente de alcalde y concejala de Política Social, Paz Pérez.

Ruta motera

Las iniciativas solidarias no cesan. Hoy se celebra una ruta organizada por el motoclub Lalín KM0, con unas sesenta personas inscritas, al margen de otras que no acudirán pero aportaron donativos. La salida será a las 11:30 horas del Hotel Pontiñas, al que regresarán para compartir mesa y mantel. La inscripción cuesta 20 euros, de los que 5 serán para comprar alimentos que donarán a O Mencer para su distribución entre los refugiados.

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