El escritor estradense Manuel Pereira presenta el miércoles, 20 de octubre, en Madrid su nuevo poemario, Tomas falsas. Lo hará en el Centro Gallego de Madrid, a las 19.30 horas, acompañado por la ilustradora de la obra, Ana Cristina Lapiedra Argachal, y por la también escritora María Colom Jiménez, a la postre profesora de portugués en la Universidad Complutense de Madrid.

Una vez más, Manuel Pereira -natural de la parroquia estradense de Ouzande pero afincado en Madrid, donde ejerce de secretario de redacción de la Revista de poesía galega en Madrid, Olga- ha optado por escribir la versión original de su obra en lengua gallega y por publicarla después con subtítulos en español. Trata así de facilitar el acceso a su su poesía de un público más diverso.

El nuevo poemario de Pereira se caracteriza por analizar la decepción que causa percatarse de la mentira y la falsedad de ciertas personas con las que nos encontramos a lo largo de nuestra vida. Se trata de algo que Manuel detesta profundamente y que opone a la “correspondencia grata” que debe darse entre personas de bien. “Puede suceder en el ámbito amoroso, profesional, de la amistad o de la confianza… incluso con familiares”, explicó el autor a esta Redacción recientemente, cuando la obra -publicada en Medulia Editores- estaba recién impresa. Y para hablar de esa decepción y de la falsedad humana, Pereira recurre a términos cinematográficos.

La voz poética en primera persona y los poemas en verso libre -que el autor escribió entre 2015 y 2020- inducen al lector a una reflexión provechosa: del mismo modo en que en el cine las tomas falsas son aquellas imágenes que se gran pero descartan a la hora de hacer el montaje de la película, también la vida hay que desechar las “tomas falsas” que resultan “contaminantes” y “no merecen la pena”. Es lo que sucede cuando uno se percata de que ha confiado mucho en una determinada persona, entregándole mucho sin pedir nada a cambio y termina dándose cuenta de que no lo merecía. Al final, Tomas falsas ofrece una lección para la vida: hay que vivir siendo plenamente consciente de quién y qué merece la pena por oposición a las “tomas falsas” que nos hieren y nos llenan de tristeza, dejándonos un poso de amargo desencanto.