Clase en The Channel y Musikenos con su puerta cerrada. | // CEDIDA/BERNABÉ/A.AGRA

El saber... ¿ocupa lugar?

“No te preocupes, que aprender inglés es una actividad esencial y vamos a poder seguir viniendo”. Así se despidieron el martes los alumnos de Paula López Tarrío en la academia estradense de idiomas The Channel. En ese momento, la continuidad de las clases estaba pendiente de la publicación de la normativa que entró en vigor ayer mismo. El centro puede continuar trabajando de forma presencial, aunque también imparte enseñanzas online.

“Nosotras trabajamos con grupos muy reducidos siempre y eso nos ha beneficiado”, explica esta profesora de A Estrada. Reconoce que es una suerte poder seguir impartiendo clases de manera presencial porque estima que, con niños pequeños, la enseñanza de idiomas online “es complicada”. “Hemos tenido que modificar horarios para que no coincidan en el entrada y en la salida mis alumnos y los de mi compañera Andrea. Antes de entrar les tomamos la temperatura, desinfectan manos y pies y se van sentando”, expone Paula López. También el método ha tenido que adaptarse en The Channel. Ya no es posible el juego manipulativo. Todo tiene que ser interactivo, con dispositivos electrónicos y creando material propio, trabajando “el triple” para que puedan tener acceso al mismo desde cualquier dispositivo. Aquellos que prefieran no acudir a clase pueden recibir el material para trabajar desde casa. “No corregimos en papel, es todo online y solemos apostar por que todo sea visual, autocorregible y con sonido para que no pierdan el ritmo”, explica Paula.

Por su parte, la academia Musikenos de A Estrada lucía ayer con sus puertas cerradas. Antes de que se concretasen las nuevas medidas, el centro decidió cerrar en un ejercicio de responsabilidad frente a la situación sanitaria.

Las autoescuelas pueden también continuar su actividad con abrigo a las nuevas restricciones. Así lo hacían ayer en Autes, en Lalín, con horario habitual.