El BNG elabora una iniciativa que trasladará al Parlamento y en la que demanda diversas mejoras en el servicio de la barcaza que comunica Vila de Cruces con Santiso. El sábado, uno de los parlamentarios de este partido, Xosé Luis Rivas, Mini, mantuvo un encuentro con el vecindario de Loño y a que acudieron también el alcalde de Santiso, Manuel Adán, y el presidente de la Asociación de Afectados polo Encoro, José Luis Carril. Estaba invitado también el regidor cruceño, Luis Taboada, que a última hora comunicó su ausencia, según indican desde el Bloque.

Esta formación recuerda que tanto Taboada como su antecesor, Jesús Otero, solicitaron reuniones con la Consellería de Infraestruturas para atender las demandas de los usuarios, pero “nunca fue posible esa reunión”. Ayer en pleno, Taboada comunicó al Bloque que había tramitado la solicitud para ese encuentro.

El ferry, desde que se construyó el pantano, es el único acceso de servidumbre que conecta las dos orillas. Comenzó funcionando en los año 70 una barcaza “rescatada del desguace” pero que permitía disponer de 12 plazas y transportar un carro de bueyes que podía girar dentro. Con el paso del tiempo y la incorporación de maquinaria agrícola, las demandas pasaban por una barcaza más grande, con más capacidad de carga y con una rampa de acceso acorde a las dimensiones de los tractores que transportaba. En 2016 Naturgy, la concesionaria del pantano, accedió a ensanchar las plataformas, que pasaron de 7 a 9 metros. Pero aún así, estas dimensiones son insuficientes. El BNG demanda otras mejoras como una iluminación idónea en estas rampas de acceso y más seguridad en protecciones viarias. En este punto, propone aglomerar el acceso alternativo del camino de A Casela, en Vila de Cruces, para evitar la peligrosidad que supone el de Reboredo, al transcurrir por el medio de las viviendas. El Bloque también recoge otra demanda históricas de las dos orillas: la construcción de un puente que nunca llegó a materializarse y que evitaría que si la barca sufre una avería o suspende su servicio por una revisión, los usuarios tengan que optar por una ruta que lleva más de media hora. Tampoco estaría de más que la barca tuviese una entrada-salida en la popa y otra en la proa, porque así evitaría tener que dar la vuelta en la orilla.