Un motor que funciona con sidra

En pocos días comenzará en A Estrada la recogida de la manzana. No se espera una buena campaña, por las condiciones meteorológicas de la primavera y el verano, sumadas a que la vecería juega este año en contra. Sin embargo, la calidad del fruto volverá ser buena para la elaboración de una sidra ecológica que seguirá su proceso en los próximos meses en los cuatro lagares que ya cuentan con registro sanitario en el municipio y en la planta foránea que se nutre de un alto porcentaje de la manzana que brota en el campo estradense. Después del resurgir de la cultura sidrera en los últimos años, con una expansión de las plantaciones en ecológico y el nacimiento de varias sidrerías que desempolvaron la tradición de elaborar sidra que antaño existía a lo largo y ancho del municipio, llega el momento de dar un paso más. Y el sector tiene claro hacia dónde: el aprovechamiento de la manzana y la sidra como motor de atracción turística.

El restaurante Samaná acogió en la mañana de ayer un jornada centrada en la íntima vinculación de sidra y turismo, una sesión que enlaza con la expansión que el consumo de estos caldos está teniendo, no solo en Europa sino también en Estados Unidos, convirtiéndose en la bebida alcohólica con mayor auge de consumo en los últimos años.

Después de abordar el decreto de artesanía alimentaria y de una mesa redonda en la que los lagareros locales ejemplificaron el resurgir de la sidricultura en A Estrada y perfilaron la puesta en marcha de la Ruta da Sidra, el experto en turismo y sidra y responsable de Ciderlands, Haritz Rodríguez, expuso múltiples aspectos vinculados a esta red internacional de turismo sidrero.

Ciderlands constituye una red de destinos en los que se busca promover la difusión de la cultura y el turismo en torno a la sidra, una producción que está viviendo un renacimiento en distintos lugares del mundo y del que A Estrada es partícipe. El municipio estradense figura en este contexto como uno de los grandes referentes gallegos de la sidricultura. Se alude a la asociación Maceira e Sidra, a través de la que los productores se unieron en el empuje a una actividad económica que va desde el manzano al vaso. Remarcan que el objetivo es cerrar el ciclo en A Estrada: cultivar la manzana, elaborar la sidra y potenciar el consumo, dentro y fuera del territorio estradense. En esta red figuran regiones de Alemania, Noruega, Austria, Inglaterra o Francia, además de distintas zonas de España, principalmente País Vasco, Asturias y Galicia.

"A Estrada está dando muchos pasos y tiene un gran potencial", apuntó Haritz Rodríguez. Indicó que los lagares estradenses son de pequeñas dimensiones y apuntó que, a través de las visitas, no solo podrían diversificar sus ingresos sino que tendrían un nuevo canal de venta de su producción en circuitos cortos. "Hay un potencial y todo por hacer", asumió este experto, que no dejó de reconocer que la sidra se uniría en esta apuesta al patrimonio y los recursos locales para conformar una tarjeta de visita atractiva, como hace el País Vasco con su gastronomía. Indicó el representante de Ciderlands que ello reporta a esta zona la visita de 800.000 personas cada temporada, entendiendo como tal el período comprendido entre los meses de enero y mayo.

"A Estrada es un gran productor de manzana y puede tener un gran potencial", consideró Haritz Rodríguez. Durante su exposición propuso un viaje por los distintos destinos incluidos en Ciderlands, con las particularidades de cada uno. La jornada se cerró con una degustación de sidras del mundo. Entre ellas figuraron una de California con jalapeño -en la estela de las tendencias de las sidras de sabor- una canadiense; sidra natural vasca; sidra espumosa de Nueva York o una sidra de membrillo austríaca.