El gobierno lalinense mantendrá un encuentro con los grupos directivos de los centros educativos una vez que éstos tengan cerrados sus protocolos anti-Covid. Así lo apunto ayer la edil de Sanidade, Eva Montoto, durante el debate de las dos mociones de PSOE y Compromiso en relación al comienzo del curso. La concejala indicó que ese encuentro tendrá lugar a partir del 1 de septiembre, pero que desde hace días hay contactos continuados "apara saber cómo van con el protocolo y si precisan algo". Adelantó que habrá un desdoble en un aula de cuarto de Primaria del Xesús Golmar y que se negociará con las empresas para que haya además un turno de limpieza por las mañanas en todos los centros. Este coste tendrá que asumirse mediante reconocimientos extrajudiciales de crédito.

A preguntas de Compromiso sobre un plan d tráfico para regular el acceso a centros, indicó que se organizará con Protección Civil y Policía Local en función de los protocolos de entrada y salida de los centros. Y Montoto apuntó que se garantiza el comedor y el transporte, algo lógico para los niños que usan el bus, como apostilló el socialista Cristóbal Fernández. Las dos mociones salieron adelante por unanimidad tras aceptar la enmienda de Montoto para retirar la puesta en marcha de una comisión.

También hubo consenso en las dos mociones del BNG. La primera pedía un pacto local por el empleo y tuvo el voto del PP a cambio de retirar todo el argumentario. El recién nombrado edil de Empleo, Avelino Souto, propuso que toda la corporación fuese de la mano y traer para e próximo pleno "un documento o foro" con el respaldo de los 21 ediles. De igual modo, tuvo unanimidad la moción en la que el Bloque reclama la recuperación inmediata de la ambulancia de apoyo en Lalín. Este servicio según apunta el BNG está desaparecida físicamente desde el 13 de julio. Si es precisa esta ambulancia, se envía una desde Santiago, donde tiene su base la empresa, cuando antes sí estaba en Lalín. Se exigirá que permanezca en la capital para cubrir el 70% de horas.

Sin embargo, este buen entendimiento (que alabaron buena parte de los concejales más de una vez durante la sesión) no se dio a la hora de apoyar la moción del PSOE, en la que pedía que compareciese el alcalde, José Crespo, para explicar la reciente distribución de áreas de su gobierno. Es la segunda que acontece en un año, aunque Alba Forno citó algunos reajustes más. De nada sirvió que PSOE y Compromiso viesen esta comparecencia como un gesto de transparencia en la gestión, porque Crespo dijo que en esta crisis no tuvo ningún inconveniente de ediles para reestructurar, y que acometerá más crisis si es necesario y con la mente puesta en su último mantra, tener en perfecto estado de revista el concello en mayo del año que viene, con el ecuador del mandato. Se limitó a decir ahora Raquel Lorenzo lleva Urbanismo porque le ocupa menos tiempo y conoce la materia. Y de paso anunció un encierro del ejecutivo mañana domingo n el pazo de Liñares, de 10.00 a 22.00 horas.

Bronca entre Crespo y Cuiña

Buen rollito sí, pero Crespo espetó que el anterior gobierno con Cuiña al frente estaba atado, al estar cuatro equipos, como para hacer reestructuraciones. Tampoco faltaron las habituales pullas de Rafael Cuiña a Avelino Souto por su juventud y, por tanto, inexperencia como para llevar determinadas áreas. Muy al inicio del pleno y en la dación de cuenta de la liquidación del año pasado, Cristóbal Fernández y Tersa Varela recordaron que este trámite se trae con cinco meses de retraso, algo que también ocurrió con la de 2018 durante el cuatripartito, como replicó la nueva edil de Hacienda, Paz Pérez. Cuando el BNG pidió turno para intervenir, Crespo soltó im "no se preocupen, que más leña llevarán". Aquí Cuiña (sin turno de intervención) y el alcalde se intercambiaron adjetivos como chulo, macarra y prepotente. Crespo llamó al orden al exalcalde, éste le animó a expulsarle del pleno y el regidor optó por suspender la sesión cinco minutos. Reanudada, Cuiña insistió en que no quería tener bronca con el regidor.