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Una calabaza para atiborrarse

Alfonso Ferreiro y Carmen Peón recogen en Taboada una que alcanza los 200 kilos

Alfonso Ferreiro, ayer, junto a la calabaza gigante en Silleda. // Bernabé/Ana Agra

Si estos días te acercas a la casa de Alfonso Ferreiro y Carmen Peón es muy probable que te den calabaza y sí, de manera literal. No se refiere para nada a la expresión utilizada hoy en día para rechazar a alguien. Este matrimonio de Silleda recogió el pasado sábado una enorme calabaza de su huerto, situado en la parroquia de Taboada, que no pasa desapercibida ante los ojos de nadie.

En esta finca cultivan distintos productos y todos los años tienen calabazas, pero nunca había crecido una de esas dimensiones como indica Alfonso Ferreiro. "Las hemos tenido grandes, pero no así, porque esta la fuimos a pesar a la cooperativa y alcanza los 200 kilos y tiene 2,92 metros de perímetro", indica este vecino, natural de Siador.

Cuenta que no hay ningún secreto y él mismo desconoce la razón de que llegase a alcanzar este gran tamaño, que necesita de la ayuda de dos personas para poder transportarla. "No hicimos nada diferente a otros años, les echamos estiércol de vaca, que no los da un vecino, porque a mí me gusta el abono de verdad, y las regamos", comenta Ferreiro y señala que siempre han tenido otras legumbres "pero nunca tan grandes, ni siquiera la mitad".

Ya en el huerto, y ahora recogida y almacenada en Silleda, no deja de ser un atractivo para todo aquel que tiene la oportunidad de verla. "La gente se extraña y es normal, porque destaca por su tamaño, los primeros, los de la cooperativa, que nunca habían visto una tan grande".

Ahora tocará probarla. En su casa, cocinan distintos manjares con calabazas y esta no será una excepción. "A ver como sale, pero a simple vista, se ve maciza y creo que por dentro también estará muy buena y con ella haremos distintos platos como buñuelos, sopa, que es lo que solemos hacer con ella en casa...", indica Ferreiro, quien no descarta repartir con familiares y amigos. Ahora habrá que esperar a la próxima cosecha para conocer si debajo de esa tierra se esconde algo más que hace que aquí los productos sean tamaño XXL.

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