La planta de biogás construida en la finca de Mouriscade, propiedad de la Diputación, se habilitó en el año 2012 como modelo para la reducción de costes en las explotaciones ganaderas y obtener un abono de mejor calidad con los excedentes del proceso de combustión. La instalación fue inaugurada oficialmente en febrero de 2013. La planta costó 230.000 euros y en su puesta en marcha se implicó la Consellería de Industria y la Diputación. Está preparada para generar 30 kilovatios, utilizados para el autoconsumo en el centro.

La planta se abastece de los purines de los animales y de materia orgánica como restos de paja y otros elementos que se depositan en una balsa. Desde allí se canalizan a una estructura en la que el material se somete a temperaturas superiores a 30 grados, quedando el gas en la parte superior de la planta, mientras que la materia orgánica que se emplearía luego como fertilizante va a otro depósito. La planta de biogás, transcurridos unos días, a través de un proceso biológico en ausencia de oxígeno, permite obtener un digestato, un producto con mejores características que el fertilizante de partida, más homogéneo, más fácil de manejar y de mejor olor al extenderlo sobre el terreno.

Su función

El biogás es una fuente energética obtenida a través de la fermentación de materia orgánica en condiciones anaeróbicas, es decir, totalmente sin oxígeno y está compuesto principalmente por metano y dióxido de carbono. Además, no solo los excrementos de ganado permiten su obtención, sino también pueden utilizarse en el proceso residuos forestales. El biogás permite producir energía eléctrica y térmica, que pueden usarse para autoconsumo en las instalaciones que la genera o para usarse en la red de suministro general.