Con todas las cifras de los municipios, resulta que en Deza se reciclaron 780,24 toneladas, mientras que en Tabeirós-Montes fueron 623,02. El crecimiento que registra la zona norte de la provincia en cuanto a la recuperación del vidrio sigue la misma sintonía que el resto del Estado, pues en toda España pudieron recuperarse 893.989 toneladas, que son un 9,8% más que en 2017. La dotación de más iglús también afectó a toda la Península, que ahora cuenta con 225.019 contenedores, es decir, un colector por cada 208 vecinos. Con esta ratio, Ecovidrio asegura que España es uno de los países de la UE con mejor dotación para facilitar la entrega de vidrio.

Al poder fundir el calcín al 100%, se evita el gasto energético que supone usar materias primas originales. Por eso, con solo el reciclado de tres botellas se obtiene la energía equivalente a la carga que precisa un Smartphone durante todo un año, o la energía necesaria para poner tres veces la lavadora o, incluso, la carga que demanda una Tablet durante nada menos que 300 veces. Hasta podríamos dejarnos una bombilla de bajo consumo encendida durante nueve días. Pero es que el sencillo gesto de depositar envases de vidrio en el iglú verde va mucho más allá de los beneficios energéticos. Esas tres botellas que no van al vertedero suponen un kilo menos de basura y la emisión de un kilo menos de dióxido de carbono a la atmósfera.