El edificio de Loriga recupera su fachada histórica

Hace trece años una promotora comenzó a levantar un edificio de 26 viviendas en pleno corazón de Lalín. El ambicioso proyecto abarcaba la manzana comprendida entre las calles Joaquín Loriga, Molinera y Rosalía de Castro, pero la quiebra de la empresa provocó que la edificación quedase a medio rematar. Durante meses los operarios habían sacado una por una la piedras de la antigua casa propiedad de José Crespo, dueño además de las fincas interiores y los locales comerciales de esta zona.

De estas piedras nada más se supo hasta ayer, cuando la empresa que está adecuando el edificio para la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria comenzó a colocarlas en la fachada primitiva que da a la rúa Loriga. El banco malo asumió este activo inmobilario, traspasado por una conocida entidad crediticia y, para iniciar las obras, estaba obligado a respetar tanto la licencia municipal como la normativa urbanística, que obligaba a los promotores a respetar al menos parte de la fachada primitiva.