La Guardia Civil llama a actuar en internet "como en la vida"

El ordenador, la tablet y el móvil "ni muerden ni queman" pero pueden dejar heridas muy profundas. Evitarlas es cuestión de sentido común, de ser tan precavido en internet "como en la vida". Es el mayor consejo que la teniente de A Estrada, Ana García Sánchez, y el cabo primero de Vila de Cruces, José Ramón Fernández Ledo, les dieron ayer a los alumnos del IES Chano Piñeiro de Forcarei en la charla sobre riesgos de internet solicitada por el centro a la Benemérita para formar su alumnado de segundo de la ESO (al igual que recaba la implicación de la Secretaría Xeral de Igualdade o busca apoyo externo para reforzar la educación sexual de sus estudiantes en otros cursos, según el vicedirector del centro, Xoán Carlos Garrido).

La teniente de A Estrada y el cabo primero de Vila de Cruces advirtieron a los estudiantes forcaricenses de los riesgos que les acechan en la red, como el sexting, el grooming, el ciberbullying o el stalking. Algunos son recurrentes en las charlas sobre nuevas tecnologías que viene impartiendo José Ramón Fernández Ledo, uno de los guardias civiles de la Compañía de Lalín que en los últimos años -en el marco del "Plan Director para la convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos" , del que es coordinador provincial el comandante de Pontevedra José Corral Peón- vienen formando e informando a niños, adolescentes, docentes y padres sobre acoso escolar, violencia de género, drogas y alcohol o bandas juveniles en tanto que Seprona asesora en medio ambiente, la conservación de la naturaleza o la prevención de incendios forestales y Tráfico les aconseja acerca de la seguridad vial.

Son contenidos educativos transversales que los centros están incorporando a su programación anual y que pueden ser solicitados por la comunidad educativa, bien sea por el equipo docente o por los padres. El comandante José Corral señala que colegio y familia son "los dos pilares básicos para la educación y la formación de los jóvenes". "Los padres deben implicarse más y no confiarse y creer que no les va a pasar", señala.

Ayer, el objetivo de García y de Fernández era concienciar a los jóvenes forcaricenses de la necesidad de "aplicar la filosofía de la vida real a las redes sociales". "Son muy importantes para facilitarnos la vida. Hay que trabajar con ellas, usarlas e incluso disfrutarlas. Pero con sentidiño", resumió el cabo primero. Es preciso adoptar "precauciones" y "no hacer nunca en internet algo que no harías en tu vida diaria".

Sacarse fotos desnudo con el móvil es una mala idea. Aunque no se vayan a enviar. "¿Y si te roban el móvil?", pregunta la teniente.

"Si no andas desnudo por la calle", explicó el cabo primero, "no puedes subir fotos desnudo a la red" y "si no insultas a nadie por la calle tampoco puedes hacerlo en la red, en grupos, foros o WhatsApp". Y es que, añadió, "en cualquiera de las aplicaciones que usamos a diario" -como WhatsApp o Instagram- "hay servidores que almacen la información".

Si un día el arrepentimiento llama a la puerta de quien ha escrito un exabrupto en internet o ha subido a la red una foto o un vídeo de contenido erótico o sexual podrá borrarlo de su dispositivo "pero nunca de esos servidores". Esa declaración, esa foto o ese vídeo "se quedarán ahí para siempre" y puede que en un futuro regresen para amargarle el presente a quien despreocupadamente lo subió años atrás, sin ser consciente de que un mal momento del pasado podría perjudicarle tiempo después.

Así le ocurrió, explicó, a futbolistas que siendo menores escribieron comentarios poco edificantes en la red. Cuando años después les ficharon en clubes muy importantes, al salir a la luz pública sus comentarios xenófobos, machistas o racistas fueron despedidos porque "una empresa seria no quiere la mala imagen" que entrañan ese tipo de actitudes. De ahí que Fernández Ledo aconsejase a los jóvenes forcaricenses ser cuidadosos hoy para no verse perjudicados al terminar su etapa formativa y afrontar su vida de adultos.

Uno de los riesgos en los que más incidieron fue el sexting. Hacer fotos eróticas de uno mismo y subirlas a la red o enviárselas a algún conocido es una mala idea. "Se van a quedar ahí para siempre" y son susceptibles de ser publicadas y vistas "por todo el mundo". A partir de ahí se producen chantajes, incluso de índole sexual.

Y cuando esas fotos se envían a quien está practicando grooming -un adulto que contacta con un menor haciéndose pasar por otro menor para lograr su "engatusamiento"- se puede entrar en una peligrosa espiral que puede terminar en una agresión sexual. "No hay que creer que todo el que está del otro lado del chat es quien dice ser", advierte Ledo. "A menudo en vez de tener 14 años tiene 50 y es un delincuente", señala. La prevención es clave. "Si no hablarías con desconocidos en la calle, ¿por qué hacerlo en la red?", inquiere.

El sexting no es la única forma de ciberacoso. El ciberbullying ha tomado el testigo del acoso escolar tradicional. En vez de empujar a un compañero o tirarle los libros, como ocurría antes, ahora el acoso alcanza una dimensión aun mayor en la web, donde hasta se crean perfiles falsos para ridiculizar a la víctima. Asimismo, hizo notar Ana García, hoy en día con frecuencia se vive "más en la realidad virtual que en el día a día" y eso entraña riesgos. Los selfies constantes y subir a la red fotos de donde se está es peligroso. Y no solo por que así desvelemos nuestro día a día sino también porque quien lo hace intenta proyectar la imagen que quiere dar y la "autoestima depende de la aceptación de la gente".

Ese vivir constantemente pendiente de las redes sociales se nota, pro ejemplo, en el stalking, el acecho propio del síndrome del acoso apremiante que se evidencia en un férreo control de la pareja. En EEUU ya hay sentencias al respecto. La teniente advierte: el controles una forma de violencia.

Y aunque parezca que lo que se hace en las redes sociales no tiene consecuencias, la teniente de A Estrada y el cabo primero de Vila de Cruces echan por tierra esa falsa teoría. "Desde 2015 es delito reenviar una foto de una persona desnuda", explica García en tanto que Fernández apunta que los mayores de 14 años pueden incurrir en responsabilidades penales e incluso ser internados en un centro de menores durante dos años. Y en el caso de los menores de 13 años, son sus padres quienes asumen la responsabilidad civil subsidiaria. Si tras acosar a alguien la víctima necesita tratamiento psicológico los padres del menor acosador tendrán una responsabilidad pecuniaria. tendrán que pagarlo e incluso asumir el pago de una indemnización.