La segunda fase de rehabilitación del puente de Ponte Ledesma, que comunica Vila de Cruces y Boqueixón a la altura de Gres, es uno de los 11 proyectos que premia el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia en su certamen Gran de Area 2017. A esta convocatoria se presentaron, en total, 58 trabajos, "que dan respuesta a las necesidades de la sociedad y que reflejan el compromiso de los autores con el proceso constructivo y la arquitectura responsable", indica el fallo.

La firma Abalo Alonso Arquitectos, que integran Elisabeth Abalo y Gonzalo Alonso, diseñó un proyecto que se materializó en el verano del año pasado, a modo de continuidad de una intervención anterior en 2004, firmada también por este estudio. Dicho plan establecía la necesidad de evitar más filtraciones en el tablero del puente, construido a base de una alfombra de adoquín de granito menudo que facilitaba el desagüe de las pluviales hacia los canales de borde y las gárgolas. Se recomendaba, también, retirar la vegetación que nacía entre los sillares y sellar las juntas con mortero de cal. La obra física incluyó además la recuperación de algunas piedras caídas del lado de Gres y la tala de los árboles que crecían en el lecho del Ulla.

La intervención tuvo un coste, según el proyecto, de casi 50.500 euros. Un año después, la Asociación de Amigos da Ponte de Ponte Ledesma insiste ante los concellos e Boqueixón y Vila de Cruces en la necesidad de realizar tareas de mantenimiento para evitar que el paso del tiempo vuelva a cubrir de maleza y abandono el viaducto. El pasado mes de septiembre, envió una carta a los dos ejecutivos locales en la que proponía que se usen bioherbicidas para evitar el crecimiento de la maleza, un sistema similar al que se aplica ya en la muralla de Lugo.

Sobra recordar que el proyecto que premia COAG debe mucho a este colectivo, porque fue quien durante meses presionó a los dos concellos y a la Consellería de Cultura para recuperar una pasarela clave tanto a nivel económico (pertenece al Camiño Real entre Ourense y Santiago) como histórico, ya que el 9 de marzo de 1809 fue escenario del enfrentamiento entre labriegos y las tropas napoleónicas.

Por estos motivos, la oposición política de Boqueixón (que está trabajando en la redacción del texto) y la de Vila de Cruces presentarán en sus respectivos plenos una propuesta para solicitar a la Xunta que se inicien los trámites de declaración de Ben de Interese Cultural (BIC) tanto para el puente como para las cercanas Insuas de Gres y la capilla de Carmen. Junto a este pequeño templo aún se conservan las piedras en las que está grabado el precio, en maravedíes, que había que pagar para cruzar el puente. Al margen de si se logra o no esta catalogación, Amigos da Ponte de Ponte Ledesma ya mantuvo contactos con el historiador Suso Martínez para organizar en marzo visitas teatralizadas al puente y su entorno. Martínez es responsable de las visitas que se organizan en la Casa de la Troya, en Santiago, así como de experiencias similares en el cementerio de San Amaro, en A Coruña. La recreación en Ponte Ledesma servirá para recordar, 209 años después, cómo 1.500 labriegos consiguieron frenar el avance de otros tantos soldados galos, aunque, al final, las tropas consiguieron llegar hasta Vigo.