-Ahora que ve los toros desde la barrera, ¿qué le parece el nuevo gobierno municipal lalinense?

-Lo que pasó aquí fue realmente un milagro. Nadie lo puede explicar como tampoco nadie se esperaba esto. Eso costó muchos años, y yo que estuve todo ese tiempo luchando, lo único que me preocupa es que esto se venga a bajo por una chorrada. A lo mejor, temas como lo de las famosas firmas pueden echar a bajo lo que costó muchísimos años y muchísimo trabajo conseguir. Si me preocupa un poco que la gestión, que en principio es buena, se vea tocada. Pero, bueno, todo lo que se ganó en transparencia y en contacto con la ciudadanía está ahí. Hay un cambio de actitudes muy grande.

-¿Qué tiene Bermés para contar con tanto ilustrado?

-Allí decían siempre que en Bermés no fuera tomada porque cuando fue la Guerra Civil no sonaron las campanas a arrebato cuando finalizó. En mi generación todos los chavales de aquella época pudimos estudiar. Mis hermanos estudiamos todos gracias a que mi padre estuvo siempre fuera trabajando. También hay otra cuestión anterior porque en Bermés siempre hubo buenos maestros. Al final, es la educación la que siempre aparece.

-Sí que es una parroquia donde la gente responde siempre a todo lo que allí se organiza.

-Es una parroquia con dos asociaciones de vecinos, una es la Matemático Rodríguez que ahora está casi desaparecida, pero se creó otra nueva con la misma gente, que también están trabajando. A partir de ahí, está la comunidad de montes algo parada en este momento porque podría servir para dinamizar la parroquia.

-¿A qué se va a dedicar ahora que tiene tanto tiempo libre?

-La casa de Bermés ya te ocupa. También seguiré jugando al fútbol y a dedicarme a otras aficiones como la lectura, la pesca o la caza. Últimamente me preocupan mucho los temas de consumo porque estoy viendo que te atracan hoy en día por todos los lados.