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Santa Isabel en Escuadro, piedra y agua para el cuerpo

La santa conocida por curar las verrugas congrega a cientos de devotos en una de las citas religiosas más reconocidas de Trasdeza

Al encuentro de Santa Isabel muchos se dirigen "por tradición", otros con una esperanza agarrada al corazón y algunos por curiosidad e inquietud. Ayer, en el día grande de la romería, la mayoría procedía de Deza y Tabeirós-Montes, en particular de A Estrada, apunta Manuel, el vecino de Escuadro que recoge las limosnas a la sagrada desde hace muchos años: "De A Estrada viene mucha gente, antes llegaban en el coche de García", indica.

El puesto de rosquillas junto a la roca de Penadauga y, enfrente, filas de automóviles de los que bajan matrimonios mayores, niños, parejas de novios... Todos quieren rozar el pedrusco y sumergir sus dolores en el charco de agua que comparte espacio con docenas de monedas europeas. "Nosotros teníamos un hijo cargadito de verrugas en las manos, lo llevamos al sanatorio de la Esperanza, se las quemaban pero no le pasaban", dice una mujer de Boqueixón, que terminó por viajar con el chico al santuario: "Venimos aquí y en un mes se le marcharon". Desde entonces, acude acompañada con su marido a la capilla en agradecimiento.

Los más arriesgados descienden por el peñasco al estilo libre de un curtido escalador con los comentarios de ánimo y precaución de fondo. Y, poco a poco, todos se van dirigiendo hacia la iglesia parroquial, para oír la misa de una cantada por el coro Son da Fervenza de Escuadro. La gente abarrotaba el pequeño santuario y ocupaba los muros del camposanto, colándose, los más distraídos, entre los puestos de dulces, pulpo y colecciones de bolsos y pañuelos. Mientras dos crías de cigüeña, en lo alto de su nido, observaban el gentío con vista panorámica, el Himno Galego comenzó a sonar en los clarinetes, platillos de la Banda de Música Municipal de Silleda.

Las dos de Santa Isabel

Una docena de churros después, comenzó la procesión de Santa Isabel alrededor de la capilla. Durante todo el recorrido dos mujeres de mediana edad fueron intercambiando sitio debajo de la santa. Toño, ayudante de la misa durante las fiestas, cuenta que se trata de dos vecinas, una de la propia parroquia de Escuadro y otra de Silleda, que desde hace años cumplen con su ofrenda de esta forma. "Antes la gente se golpeaba por ir debajo [de la sagrada], ahora ya no", dice Toño con gesto de risa. De todas formas, al finalizar la procesión, se permanece con la figura de la santa -imagen doble que representa a la homenajeada y la Virgen María- en alto para que toda persona que lo desee pueda pasar por debajo.

Poco a poco, los feligreses van abandonando el santuario y se aproximan a ver como va la puja de aves que se hace desde la ventana del centro social. La subasta de pollos, capones..., donados por los asistentes, llevaba abierta desde las nueve de la mañana y el precio ofertado de media fueron entre 20 y 30 euros. El chigre con sus vermús, refrescos y cacahuetes con las piezas de la Banda Municipal de Silleda y la Banda Municipal de A Estrada animaron los últimos coletazos de la mañana.

A Santa Isabel continuarán llegando personas de aquí e acolá en busca de ayuda y paz, sea cual sea el día que marque la agenda.

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