¿Dónde está el tesoro del Castriño de Bendoiro?

Galicia está poblada de leyendas de tesoros ocultos, a menudo relacionados con los mouros o antiguos pobladores. En el Castriño de Bendoiro (Lalín) los tesoros eran reales y salieron a la luz durante las excavaciones arqueológicas practicadas en los años 2007 y 2008, obligadas por el paso de la línea del Tren de Alta Velocidad (TAV). Los trabajos permitieron descubrir una estructura castreña singular y muchos fragmentos de cerámica o metal que fueron guardados para su posterior catalogación y conservación. Pero, desde entonces, nada se ha vuelto a saber del paradero de dichos restos.

El Concello de Lalín pretende llevar el material descubierto en el castriño para el futuro Centro de Interpretación da Cultura Castrexa, uno de los usos a los que se destinará el Pazo de Liñares, en la vecina parroquia de Prado. De hecho, la Administración local envió el año pasado un requerimiento a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural preguntando en dónde están los restos arqueológicos. Sigue a la espera de una respuesta por parte de la delegación territorial.

Por lo general, los restos arqueológicos hallados en la comarca terminan depositados en el Museo Provincial de Pontevedra para su conservación y/o exposición. Sin embargo, desde la Diputación confirmaban ayer que el material de Bendoiro "no está aquí". "Pero es normal -añaden desde la entidad provincial-, ya que lo lógico es que pasen a Patrimonio Cultural para su catalogación y clasificación". Desde el museo entienden, pues, que los restos de Bendoiro están en poder del departamento cultural de la Xunta de Galicia, extremo que no pudo ser confirmado ayer por esta Redacción.

Todo el material hallado en el Castriño de Bendoiro fue almacenado por el equipo de arqueólogos dirigido por Pilar Pintos y entregado al Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), responsable de las excavaciones. El tesoro de Bendoiro está formado por unos 30.000 fragmentos -algunos minúsculos- de materiales diversos, la mayoría de cerámica. Entre los más llamativos y valiosos están un anillo de oro y un brazalete de bronce, recuperados, entre otros objetos metálicos que, seguramente, formaban parte del ajuar con el cual se enterraban a los fallecidos. También se habló en su día de alguna moneda con escudo típica de las halladas en el noroeste peninsular ibérico.

Asimismo, en Bendoiro se descubrieron "restos de carácter funerario desconocidos" hasta entonces dentro de la cultura de los castros galaicos, según consta en los paneles informativos que jalonan el yacimiento como única muestra de su puesta en valor y que casi han sido absorbidos por la maleza. Hay fragmentos de cerámica y algún objeto de bronce del que se desconoce su función. En el yacimiento también se recogieron potas y vasijas de cerámica para cocinar y almacenar alimentos, molinos de mano de granito, instrumentos para machacar o cortar u objetos de adorno personal.

El Castriño de Bendoiro es un yacimiento singular por su configuración y por la presencia de varias sepulturas de inhumación, cuya exploración supuso un hito revelador sobre los ritos de los pobladores de los castros en la Edad de Hierro -2.300 años atrás, en este caso-, ya que los expertos creían que los cadáveres eran incinerados. Además, el yacimiento excavado forma un único conjunto con el cercano Castro de Bendoiro -situado a escasos metros-, de tal modo que incluso coexistieron en el mismo tiempo histórico.