Si ya es difícil separar lo personal de lo profesional, con política de por medio, las posibilidades de éxito se diluyen. Perfecto ejemplo: La reincorporación, ayer, del exportavoz municipal de PSOE de Vila de Cruces a su plaza de funcionario municipal, marcada por la polémica. El socialista asegura que el alcalde, Jesús Otero, ha tomado "represalias" contra él, al enviarlo a la oficina del departamento de Vías e Obras, en vez de al puesto en el Registro municipal que abandonó hace seis años para concurrir como cabeza de lista socialista.

El gobierno ya le había comunicado el lunes su destino, y a primera hora de la mañana de ayer el alcalde, Jesús Otero, lo visitó en su oficina del campo de la feria para indicarle cuál sería su cometido: Realizar el control de compras de material y combustible, tareas que hasta el momento venía realizando el edil del área, Andrés Lareo, en coordinación con su homólogo en Economía, Manuel Souto. Pero para "para evitar malos entendidos", Castelo presentó un escrito en el concello para "que se me den las órdenes o partes de trabajo por escrito, y firmadas por el correspondiente responsable del departamento", según reza el documento.

Y en una segunda instancia, el socialista pidió que se le cambiase el horario fijado, de 8.00 a 14.30 hora, de lunes a viernes, y de 8.00 a 10.30 horas los sábados, para concentrar las horas semanales en los cinco primeros días de la semana, y librar el sábado.

Molesto por las exigencias, el alcalde le contestó, también por escrito. Accede a fijar el horario de 8.00 a 15.00 horas, de lunes a viernes, aunque le recuerda que el inicialmente establecido es el que "tienen designado en el departamento de Vías e Obras" durante la semana, dado que alternan los sábados. Y respecto a la ordenación del trabajo, Otero es rotundo: "¿Dónde se vio que un jefe le de órdenes por escrito a un trabajador. (Castelo) ya no está en política y tiene que dar el callo como el resto de los compañeros. Me da igual que sea del PP, del PSOE o del BNG; en el tema de trabajo soy sagrado: Quiero que todo el mundo cumpla", asegura, al tiempo que defiende que al exportavoz del PSOE le da "el mismo trato que a todos los otros trabajadores". En su escrito de contestación, Otero recomienda a Castelo a dirigirse a Andrés Lareo, como edil delegado y le recuerda su "obligación" de realizar sus labores "de forma diligente y adecuada".

Castelo entiende que ha sido trasladado a "una celda de castigo, porque estoy apartado de todo el mundo", y que podría desempeñar su trabajo en el consistorio, "junto al resto de los compañeros". Su primera tarea será realizar un inventario de herramientas y maquinaria del almacén, "pero ya le dije que no sé como voy a hacerlo, porque no conozco el nombre de muchas de las cosas que hay guardadas", apunta. Además, denuncia que en su oficina "no hay teléfono, ni conexión a Internet". Se considera un "perseguido político" y advierte: "Mi reivindicación es volver a mi antiguo trabajo; es por lo que voy a seguir peleando". Por su parte, el alcalde es tajante: "No vamos a entrar en este juego".