Muchos fueron los fieles de la comarca y alrededores que se acercaron ayer hasta la parroquia forcaicense de Pardesoa para honrar a San Benito, conocido por muchos como el "santo más milagroso".

Durante la mañana de ayer, las misas se celebraron de manera ininterrumpida desde las 09.00 a las 13.00 horas, siendo esta última celebración de carácter solemne y seguida de procesión, amenizada por el grupo de gaiteiros Os Alegres de Pontevedra. Este fue el momento escogido por los fieles para pasar por debajo de la imagen del venerado San Benito para asegurarse así su favor. Una vez devuelto el santo al templo, el párroco procedió a la bendición de los objetos portados por los allí presentes. Son muchos los que llevan consigo aceites para, una vez bendecidos, untarlos por la zona del cuerpo aquejada por infecciones u otro tipo de enfermedades cutáneas. Seguidamente, se pasó a uno de los momentos más esperados por los más devotos: el beso a la imagen de San Benito.

Ya por la tarde, después de la celebración litúrgica de las 19.00 horas, tuvieron lugar las pujas de productos donados al santo. Esta es la parte de la tradición que más ha cambiado en los últimos años. Se ha reducido notablemente la subasta de carne de cerdo y de productos de cosecha propia, siendo sustituidos por huevos y aves de corral, así como velas y cuerpos de cera con la forma de la parte del cuerpo que se desea curar.

Desde primera hora de la mañana, incluso desde antes de que empezase la primera misa, fueron muchos los fieles que guardaron cola para ver a su santo más venerado y cumplir así con el ritual. Este consiste en la imposición al santo que lleva aparejada la oración: "que San Benito te favorezca y te libre de males extraños", mientras una pequeña imagen del santo se posa en los hombros y la cabeza de los fieles. El rito se completa con el beso a la reliquia y, en la procesión, el paso por debajo de la imagen.

Las peticiones al santo se adaptan al paso del tiempo

Las devotos siguen recurriendo a San Benito para la curación milagrosa de verrugas, bultos y otros problemas de la piel. Pero hoy, sobre todo, recibe peticiones para vencer al cáncer y según cuenta el párroco de Pardesoa, José Pérez Bértolo, para curar aquellas "enfermedades mentales derivadas de la difícil situación económica que atraviesa el país". Por otra parte, otros muchos acuden al "más milagroso de los santos" en busca de solución para problemas sociales como el paro. El párroco anima también a los devotos a pedirle al santo por los matrimonios y por la unión familiar.

De este modo una tradición ancestral como esta se adapta al paso del tiempo así como sufre también los vaivenes del momento actual.