El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) acaba de dictar un auto para que se cumpla de manera inmediata la sentencia que anuló las expropiaciones de la carballeira de A Crespa, que en pocos días volverá a manos de sus antiguos propietarios. El alcalde de Lalín, Xosé Crespo, lamentó la pérdida de un espacio público que había sido adquirido por la Consellería de Medio Ambiente, pero cree que no es oportuno seguir dilatando este conflicto y ha ordenado que comience a estudiarse el traslado del mobiliario público situado en la robleda.

El regidor indicó que la Xunta ha ofertado dos opciones, bien llevarse las obras de César Portela a sus dependencias bien reubicarlas en otro punto de Lalín corriendo la consellería con los gastos del traslado. Así, Crespo ha decidido que ofrecerá varios espacios a Portela y su hijo, autores intelectuales de la mesa gigante de 50 metros y de las esculturas, para que recoloquen estas piezas en la capital dezana. Entre las distintas opciones, figuran las robledas de O Rodo y As Casianas y, con muchas menos posibilidades, la fraga de Catasós.

El alcalde, que mantuvo en días pasados reuniones en Medio Ambiente para organizar el abandono público de A Crespa, indicó que el problema radicó en el momento en que se produjo la sentencia, ya que coincidió con el cambio de la Xunta y no se emitió una respuesta al TSXG señalando que se abonaría una indemnización para cumplir el fallo.

Pese a que en las últimas semanas A Crespa estaba condenada a perder su carácter público, Crespo hizo ayer mismo un contacto con el portavoz de la familia propietaria, Manuel Del Río, para buscar una salida negociada, pero se encontró con su negativa, como ya había anunciado en muchas otras ocasiones. Eso sí, el alcalde cree que el contacto ha servido para "limar asperezas" e indicó que las puertas de la negociación -por compra o convenio urbanístico- quedan abiertas para el futuro, ya que la carballeira es un espacio rústico de protección que debe mantener su actual concepción y uso.

Finalmente, indicó que el paseo del Pontiñas no pasará por el citado bosque, pero se mantendrá como hasta ahora pegado al río por la zona de dominio público, aunque se trasladarán los marcos. La premura en cumplir el auto derivó, según el alcalde, por la amenaza del TSXG de iniciar acciones legales contra la Xunta.