El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) intentarán realizar una negociación rápida con los propietarios de cinco viviendas afectadas por el TAV para intentar su desalojo rápido y poder ocupar las casas en un plazo de dos meses con el fin de no interferir más en las obras.

En todo caso, el encuentro de ayer entre los vecinos, el administrador y representantes de los tres grupos municipales de Lalín sirvió para marcar el calendario de la negociación. Así, se quedó que en la semana del 16 de abril habrá una nueva reunión para hablar de la oferta económica por las viviendas y los plazos de desalojo. En todo caso, aunque los vecinos estaban satisfechos con las intenciones del Adif y sus propósitos económicos, ya no están tan de acuerdo con esta premura para dejar sus casas al tener que buscar una alternativa.

En todo caso, ayer sí que quedó claro que los vecinos tendrán que dejar sus viviendas y serán expropiadas o vendidas, aunque contarán con derecho de reversión para volver a recuperarlas cuando se acaben las obras del TAV. Eso sí, tendrán que devolver el dinero del mutuo acuerdo o de la expropiación salvo los gastos por los daños y el alquiler.

En caso de que haya vecinos que quieran construir sus nuevas casas en el propio lugar de Vilar do Xestal, Xosé Crespo ya les anunció que van a acelerar una modificación puntual del Plan Xeral para ampliar el núcleo y abrir esta posibilidad. En el encuentro, el Adif rechazó extender la ocupación a dos viviendas situadas sobre el túnel, pero sí lo hará con otra vivienda afectada del lugar de Golmar.

Este problema sobrevenido en las obras del TAV, que podrían llegar a ser paradas por los afectados si no hay acuerdo para sus casas y su reubicación, surgió porque la cabeza del túnel se encuentran a 16 metros de distancia de las primeras casas. Esta longitud es inferior a la recogida en el proyecto, que hablaba de 23, ya que se hizo a gran velocidad y cuenta con otros errores de este tipo, como los referidos a las necesidades de superficie de la escombrera.

Respecto a este vertedero, que necesita ser ampliado, el Adif va a buscar algún lugar alternativo, que podría ser Anzo, pero en caso de que no consiga los terrenos necesarios, optará por aceptar parte de la propuesta vecinal en el propio lugar de Vilar do Xestal.

Otras exigencias sobre las que hubo compromiso en la jornada de ayer fueron las de unificar el pago por las viviendas para que se haga de manera única con el fin de que se puedan comprar otra, la asunción de los cargos de las actas notariales por parte del Adif y el envío de notarios a aquellos vecinos que carezcan de estos documentos y el estudio de medidas preventivas para disminuir las cargas de las voladuras con el fin de que se minimicen los daños en este núcleo rural.

Así, en principio los afectados salieron satisfechos del encuentro y todos menos uno están dispuestos a vender sus viviendas, aunque les duele, siempre que la oferta económica sea buena, algo que se da por descontado desde el concello lalinense. Lo único que queda en el aire es el plazo para su desalojo, aunque se espera cerrar un trato en la reunión a celebrar dentro de tres semanas.