Los Cabaleiros do Faro vivieron ayer, por séptimo año, una jornada que sirvió para lucir los mejores corceles de raza española y cruzados de la comarca dezana y alrededores. Con la "Feira Cabalar", el colectivo pretende disfrutar a lomos de sus caballos y, de paso, dar a conocer las habilidades de este animal y de otro no menos útil como es el burro. De hecho, el torneo de burro- polo disputado poco después de las 18.00 horas hizo las delicias de los participantes, todos niños, y de las casi doscientas personas reunidas en el recinto de A Devesa durante toda la jornada.

A pesar de los imprevistos surgidos antes del partido para proveerse de los ocho asnos necesarios en la contienda, ésta se celebró sin novedades y como prólogo a otras competiciones deportivas, como los juegos de anillas o el salto. Para todos los participantes la organización había reservado trofeos con la imagen de un caballo. Y si los participantes fueron galardonados con figuras, los invitados a esta fiesta caballar tuvieron ocasión de conocer el entorno de Rodeiro, gracias a una ruta a orillas del río Arnego y que en muchos tramos coincide con el Camiño de Inverno, la vía alternativa al paso de Os Ancares para llegar a Compostela durante los meses más crudos.

Peregrinaje

Precisamente, los más de 70 socios de Cabaleiros do Faro prevén promocionar esta ruta de peregrinaje de cara a finales de año, así como recorrer, a caballo, la vía que transcurre entre Portomarín y Santiago, una actividad que tendrá lugar "en setembro, para asegurarnos de que os cabalos soportan ben o calor nesa época", señaló el presidente del colectivo, Manuel García Deza.

El paseo, de casi dos horas de duración, sirvió para abrir el apetito de caballeros y caminantes, que en torno al mediodía se congregaron de nuevo en A Devesa "para degustar arredor de 80 quilos de carne de potro", indica García Deza, quien hizo las veces de cocinero. Y si la carne resultó deliciosa para la inmensa mayoría de los asistentes, la comida bajo la carpa fue una excelente competidora, puesto que constaba de empanada, lacón asado y carne asada con chorizos. Todo ello, regado con la música de la Banda de Muimenta durante la apacible y calurosa sobremesa.

La fiesta, que se prolongó hasta bien entrada la noche y agradeciendo la leve bajada de las temperaturas, también ofreció demostración de andadura gallega, así como una ginkana para pequeños y mayores. Sin embargo, el verdadero reto para muchos de los asistentes fue subir y cabalgar, por primera vez, a lomo de los caballos presentes y bajo la mirada de dueños y expertos. Aunque no hubo que lamentar heridos, algunos de los nuevos jinetes tendrá que mejorar sus técnicas y experiencia. Entre los asistentes a la fiesta se encontraban vecinos, criadores y amantes de los caballo. Pero además, y al igual que en anteriores ediciones, en esta jornada dominical los Cabaleiros do Faro estuvieron acompañados por otras asociaciones similares, como la lalinense Cabaleiros do Deza, así como jinetes llegados de la localidad ourensana de O Irixo o de A Barrela, en el sur de Lugo.