El Pontevedra se permite soñar

El equipo granate superó con comodidad al Linares y se acuesta a tres puntos de la salvación y habiendo escalado un puesto en la clasificación - Charles, Miguel Román y Álex González marcaron los goles locales

Jugadores del Pontevedra celebrando el gol de Álex González, el tercero del partido de ayer. |  // GUSTAVO SANTOS

Jugadores del Pontevedra celebrando el gol de Álex González, el tercero del partido de ayer. | // GUSTAVO SANTOS / Cristina Prieto

Un pequeño paso en la clasificación, pero enorme a nivel de moral, es lo que consiguió ayer el Pontevedra al ganar con cierta comodidad al Linares, tras una muy buena primera parte y una gran capacidad de sacrificio en la segunda. Esta es, además, la segunda victoria consecutiva de Juan Señor en el banquillo, que parece que ha logrado su primer objetivo: recuperar la confianza de los futbolistas en sí mismos. Y es que los granates se adelantaron pronto por medio de Charles y en menos de tres minutos el cuadro visitante empató, pero no se vinieron abajo, sino que supieron sobreponerse para acabar ganando el partido; un triunfo que les permite acostarse a tres puntos de la permanencia (que marca el San Fernando, que juega hoy al mediodía en casa del Ceuta) y habiendo adelantado al Talavera en la tabla, por lo que ya no son colistas. Un peso menos en la mochila y un pequeño granito más de esperanza en el milagro de la salvación.

El duelo empezó con aviso de Brais desde lejos, con un tiro raso que salió rozando el palo, y respondió el Linares con otro disparo lejano de Callejón que atrapó Cacharrón.

No se había cumplido el primer cuarto de hora cuando el Pontevedra consiguió adelantarse en el marcador por medio de Charles. Tras un ataque largo de los granates, en el que hubo varios centros desde ambos perfiles, el balón le cayó a Álex González, que remató mal, pero la pelota muerta la recogió el brasileño para marcar a la media vuelta de tiro raso ajustado al palo.

Poco duró la alegría en Pasarón porque solo 3 minutos después igualaba Abeledo en un desajuste defensivo. Fermín Marín se internó por la izquierda y disparó cruzado, llegando a tocar la pelota Cacharrón, pero su compañero llegó en el segundo palo para empujar la pelota a gol.

Al contrario de lo que pasó en anteriores ocasiones, esta vez el Pontevedra no se vino abajo y se mantuvo en su línea de presión alta y velocidad de circulación. Así, forzó varios córners y desde la esquina llegaría el 2-1, en un pase raso de Borja Domínguez hacia el área pequeña, donde Miguel Román remató de primeras, llegando desde atrás, para marcar de tiro cruzado. Solo tres minutos después, Álex González ampliaba distancias para los lerezanos en una contra. Tras recibir caído a la izquierda, progresó unos metros y, al ver que no tenía línea de pase hacia Brais Abelenda en la otra banda, sacó un potente disparo cruzado con el que superó a Casado.

El último cuarto de hora de la primera parte fue cómodo para los de Juan Señor, con Álex intentando sorprender con un disparo muy lejano que Casado atajó en dos tiempos, aunque el Linares pudo sacar provecho de una jugada embarullada tras pérdida de Soto que acabó con un disparo de Samu Corral que salvó Cacharrón.

Tras el descanso, el juego se desarrolló sobre todo en el centro del campo, sin llegadas de peligro a ninguna de las dos áreas. La primera aproximación llegaría a la hora de partido, en una falta lejana y escorada a la derecha que lanzó el visitante Varela y remató Lolo ligeramente por encima del larguero.

Señor movió banquillo en el minuto 65, dando entrada a Bakero y Masogo por Charles y Rubio y pasando a un sistema 5-4-1; un claro mensaje de controlar el partido dando un paso atrás para proteger el resultado. Pero casi se le complica el partido solo tres minutos después. En una llegada por la izquierda del Linares, Soto cometió un penalti claro sobre Hugo Díaz. Lolo González fue el encargado de lanzar la pena máxima, que detuvo Cacharrón, evitando que el equipo de Enrique González se metiera en el partido.

A un cuarto de hora para el final, Bakero tuvo la sentencia en sus botas: Tras un envío largo en una contra y progresar varios metros perseguido por dos rivales, pisó área y disparó demasiado cruzado, yéndose la pelota por línea de fondo. Ya en los últimos compases, con el encuentro decidido, probó suerte Borja Domínguez con un disparo de falta directa prácticamente desde el córner que paró el portero.