Hace exactamente un mes el Pontevedra dejaba escapar la victoria contra el Internacional de Madrid encajando un gol en el último minuto y ayer se repitió la historia contra el Burgos, aunque quizá con más crueldad, pues el autor del tanto del empate fue el exgranate Adrián Cruz y porque los de Luismi apenas sufrieron durante el encuentro, excepto en el tramo final.

El Pontevedra partía con la idea de imponer un ritmo alto para ahogar físicamente a un Burgos cargado de jugadores veteranos, pero solo lo consiguió en los primeros compases del encuentro. La primera parte fue lenta y pesada, con algún arranque de velocidad cuando Álex González entraba en juego, y con pocas ideas en ataque salvo cuando el balón pasaba por las botas de Kevin o Romay. Eso sí, la defensa se mantuvo muy sólida, con ayudas en las coberturas y dejando muy pocos espacios. Mientras los blanquinegros apostaron por esperar al cuadro granate en su campo e intentar sorprender a la contra o en jugadas de estrategia, pero sus llegadas al área de Edu Sousa fueron escasas y no llevaron apenas peligro.

Superado el minuto 5, Kevin recibía un envío interior de Nacho, apuraba línea de fondo y centraba semirraso al punto de penalti, donde Álex González remataba con cierta dificultad ajustado al palo, obligando a Saizar a estirarse para atrapar la pelota en dos tiempos. Respondió el Burgos tres minutos después con una llegada por banda derecha que acabó con un potente disparo de Borja Sánchez que rechazó Edu Sousa.

Aún no se había cumplido el primer cuarto de hora cuando David Castro ponía un buen centro desde la izquierda y Mikel Arruabarrena, en el segundo palo, cabeceaba flojo, a las manos del portero.

A partir de ahí, el balón fue del Pontevedra, pero los granates no conseguían combinar con velocidad ni hilar jugadas de peligro, aunque tampoco sufrían. Antes de alcanzarse la media hora de partido, Pibe recibió en banda derecha, recortó hacia dentro y sacó un potente disparo desde la frontal que salió rozando el palo.

La primera parte acabaría sin goles y con la sensación de que ninguno de los dos equipos había propuesto gran cosa sobre el verde.

En la reanudación el Pontevedra salió con otra chispa y en los primeros segundos enlazó una buena jugada por banda derecha que Pibe finalizó muy desviado.

Llegaría entonces el 1-0 en una jugada de estrategia. Pibe sacaba un córner desde la izquierda raso a la frontal del área donde Álex González, llegando desde atrás, enganchó un potente disparo que, a pesar de que Saizar llegó a tocar la pelota, entró de forma incontestable por la escuadra.

El Pontevedra se confió ante la evidente falta de pegada del Burgos y levantó el pie del acelerador, aún así dispuso de alguna ocasión aislada, como un remate de Javi Pazos y una volea de Pibe que salieron fuera.

Toda la calma que tenían los granates se convirtió en sufrimiento en los últimos diez minutos de encuentro, en los que el Burgos, a base de envíos en largo y directos, consiguió echar atrás a los de Luismi, que a punto estuvieron de encajar en una jugada embarullada en la que la defensa rechazó varios remates y el balón acabó en manos de Edu.

Intentó el Pontevedra despojarse del embotellamiento rival con alguna subida por banda, pero le faltó precisión y pausa. Las peores sensaciones se confirmaron a falta de menos de un minuto para el final del tiempo reglamentario. Adrián Cruz progresó sin oposición con la pelota y, a unos 20 metros de la portería, sacó un potente disparo que ningún futbolista granate intentó taponar y que se coló de forma cruel en la meta local, pues Edu llegó a tocar el balón, pero no pudo evitar el gol.

Aunque los granates se fueron arriba un poco a la desesperada en el tiempo de descuento fue imposible superar la defensa de un Burgos que estaba muy bien plantado y que acumulaba muchos hombres en campo propio. El Pontevedra no fue capaz de cerrar un partido que parecía que tenía totalmente controlado y lo acabó pagando, así como la falta de gol de sus delanteros, con dos puntos que se van de Pasarón, donde siguen sin conocer la derrota, pero donde necesitan sumar victorias, especialmente contra rivales de la parte baja de la tabla, si quieren seguir con opciones de meterse en el play off, que ya está a cinco puntos de distancia.