Los de Manu Fernández han tardado solo tres jornadas en quemarse. Jugaron con fuego las dos primeras jornadas, sumando los tres puntos pero mostrando grandes limitaciones en su juego, basado en una gran defensa y en un juego en largo pero con pocas ideas en el centro del campo.

Esta rácana propuesta ha fracasado en la tercera jornada. El Pontevedra dio una muy pobre imagen en Ribadeo, salió dormido al césped del Pepe Barrera y a la media hora perdía por tres tantos. Fue un mal menor, porque el portero Edu evitó otros tres tantos en grandes intervenciones.

El Ribadeo dio un paso atrás tras el primer tanto de los granates, en un error del portero Kiko. Los pupilos de Manu Fernández estuvieron cerca de lograr el empate pero Benja falló en los minutos finales cuando estaba solo ante el portero y permitió que los tres puntos se quedaran en casa.

Vayamos paso a paso. Los ayer visitantes fueron avasallados por los delanteros del Ribadeo en los primeros minutos. Los celestes ataron en corto a Adrián Mouriño, con faltas si era necesario, y con balones a la espalda, principalmente por el flanco izquierdo, desmontando el fortín defensivo que habían exhibido los granates en las primeras jornadas.

Una jugada vertiginosa, con un pase directo a Javicho que ganó la espalda de los centrales sirvió de antesala para el primer gol. El problema de la banda izquierda se enquistó para el Pontevedra. David Rodríguez encontró espacio todas las veces que lo buscó y un centro suyo sirvió para que Santi embocara en el área.

El Pontevedra estaba fuera del partido. En poco más de cinco minutos, Edu salvó un mano a mano con Javicho, un remate de Santi que repelió el larguero tras su intervención y otro centro peligroso, el enésimo, de David. No pudo más. A la cuarta perdió la batalla con Santi, que encontró portería de nuevo tras una jugada de David.

Manu Fernández tomó conciencia del desastre y a la media hora hizo los dos primeros cambios, que mejoraron mucho al equipo, pero no lo suficiente. El Pontevedra siguió perdido hasta que un error inocente lo metió en el partido. El guardameta Kiko despejó mal un balón aéreo y Fran Fandiño, recién ingresado, se encontró con el balón muerto y lo introdujo con la pierna izquierda en la red.

El Pontevedra llegó al descanso con un premio insospechado. Centrón encontró pasillo hasta la frontal del área y de un chupinazo envió el balón a la red ante la desesperación de Kiko, que nada pudo hacer por detener el esférico. Pero la gesta se quedó ahí.

Ambos equipos intercambiaron golpes tras el descanso. El conjunto granate tuvo sus mejores opciones en un remate de Anxo rechazado por Kiko y que Jorge Rodríguez no supo culminar en su remate de cabeza. Y, sobre todo, en un mano a mano clarísimo de Benja cuando el choque agonizaba. El atacante pontevedrés falló cuando tenía toda la portería para él y los tres puntos se quedaron en Ribadeo, acabando de esta forma con la imbatibilidad de los granates y la oportunidad de seguir al frente de la clasificación.

Aunque la derrota se gestó en los primeros minutos y después hubo una pequeña reacción, el Pontevedra debe proponer un fútbol acorde a sus aspiraciones de querer clasificarse para el play-off y buscar el ascenso de categoría que viene buscando desde hace ya cuatro temporadas. Calidad tiene para ello, pero quizás le falta un poco más de garra para lograr los triunfos en campos como en el Pepe Barrera.

Lo que parecía un choque asequible para los granates dejó al descubierto ciertas lagunas en el plantel pontevedrés. En la próxima jornada será el Deportivo B el que visite el Estadio de Pasarón y los granates tendrán que ganar y convencer a su afición para hacerle olvidar el desastre sufrido en Ribadeo, ante un recién ascendido de categoría, que venía de perder por seis tantos.