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Balonmano - Liga Sacyr Asobal

El dulce sabor de la normalidad

Nacho Moyano, ayer junto a Brais, Santi López y Alen Muratovic. | // SANTOS ÁLVAREZ

Salir al exterior, pisar el parqué del pabellón y reencontrarse con el balonmano. El dulce sabor de la normalidad ha regresado en el Frigoríficos del Morrazo después de haber abandonado su cuarentena y de que ayer completase su regreso a los entrenamientos. Nacho Moyano volvió a impartir instrucciones a la práctica totalidad de su plantilla después de que todos diesen negativo en la segunda PCR. La única excepción fue la del jugador que dio positivo la semana pasada y que obligó al confinamiento de toda la escuadra. En su caso y a pesar de ser asintomático, aún deberá esperar un poco más antes de poder salir.

La primera sesión postcuarentena tuvo su exigencia, con una primera parte de trabajo físico con 45 minutos de cardio y un bloque de entrenamiento de alta intensidad (HIIT) en un circuito, para posteriormente hacer trabajo de pista. La mejor de las noticias fue que los pupilos de Moyano aguantaron sin problemas el tirón, demostrando que su estado físico no se ha visto mermado en exceso por el obligado encierro. “Evidentemente no estamos como cuando nos marchamos, pero tampoco empezamos desde cero”, señala el entrenador madrileño, que añade que “dentro de que esta no es la situación ideal, al menos no se parece en nada al confinamiento anterior”. También se ha notado que en casa los jugadores se han ejercitado según el plan previsto dentro de sus posibilidades. Eso sí, donde se notará posiblemente será en el ritmo de competición que ya tenían los cangueses y que deberán adquirir de forma apresurada para afrontar una locura de recta final de competición.

Moyano trabajó ataque y defensa aunque con acciones más orientadas a que los suyos se soltasen que a introducir contenido táctico. “Hemos vuelto con cosas sencillas, pasar, lanzar... Que el hombro se acostumbre a la vuelta, porque es la articulación que más sufre”, comenta el técnico del Cangas.

Hoy la plantilla tendrá descanso y trabajará ahora seis días seguidos en una semana con nueve sesiones preparatorias. Lunes, martes y jueves el equipo trabajará por partida doble y miércoles, viernes y sábado tendrá una única sesión. El objetivo es poder afinar la puesta a punto de cara a su regreso a la competición, marcado para el día 5 de mayo ante el Bada Huesca. Los cangueses cogerán a los oscenses en un momento dulce tras haber derrotado a domicilio al Ademar León, lo que alimenta sus opciones de colarse en los puestos que dan derecho a disputar competición europea la próxima temporada.

El Huesca solo marcará el pistoletazo de salida a la maratón del mes de mayo, con encuentros ante el Logroño (8 de mayo), Puerto Sagunto (12), Viveros Herol Nava (15), Anaitasuna (19), Guadalajara (22) y Barcelona (29).

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