El añorado regreso al pabellón de O Gatañal no pudo sentarle peor al Frigoríficos del Morrazo. En el día clave, en el partido marcado en rojo en el calendario y ante una oportunidad descomunal de atar dos tercios de la permanencia y de paso eliminar a un rival directo, el Cangas falló. Perdió por 23-24 ante el Villa de Aranda por culpa de una buena defensa visitante pero, sobre todo, de los errores propios. Tuvo una opción de empatar sobre la bocina, en un golpe franco ejecutado por Rubén Ribeiro que se encontró con el larguero, pero hubiese sido injusto resumir un mal choque en una acción en la que lo cierto es que tampoco tuvo fortuna el equipo local.

La escuadra dirigida por Nacho Moyano emborrona del modo más doloroso posible un mes de febrero que hasta el momento había sido notable. Un triunfo hubiese sido el broche de oro. La derrota deja un enorme poso de amargura y la certeza de que la lucha por la permanencia seguirá estando muy cara.

No fue el día de los cangueses. Pertrechados para frenar a Javi García en los seis metros se encontraron con que Alberto Suárez prescindía inicialmente de su jugador franquicia en ataque en aras de no verse obligado a hacer cambios y así optimizar el repliegue defensivo. De este modo, el juego de proximidad fue la mejor arma de los visitantes, con un Matheus estelar bien acompañado por Nico López (ellos anotaron ocho de los primeros nueve goles de los suyos). Ofensivamente el conjunto de Moyano careció nuevamente de ritmo. Fue encontrando opciones de lanzamiento, pero sin ofrecer las sensaciones de un día determinante.

El presidente del Frigoríficos, Alberto González, entrega una camiseta del club al concejal Eugenio González en agradecimiento por las mejoras en O Gatañal. Santos Álvarez

La igualdad era máxima (7-7, 9-9) y solo se rompió con la exclusión de Matheus. Ahí el Cangas olió la sangre y se puso 11-9, pero a pesar de tener hasta cinco ocasiones para ello, fue incapaz de colocarse tres arriba y romper el choque. El Aranda aguantó los embates y se fue muy vivo al descanso (12-11).

Moyano, que ya había utilizado a Rubén y a Muratovic como directores de juego, apostó tras el paso por vestuarios por Brais, y entre el lalinense y David Iglesias devolvieron la renta de dos goles (14-12, minuto 33). Pero no hubo continuidad. Los errores se sucedían y los ataques con apercibimiento de pasivo también (15-14, minuto 39).

Suárez pidió tiempo muerto y reorganizó a los suyos, que dieron un paso adelante y tomaron un mando (16-17, minuto 44) del que no habían disfrutado desde el 2-3. El Cangas se estrellaba contra De Vega o contra sus propios errores, algunos muy groseros en la salida al contragolpe o en lanzamientos a puerta vacía. Y una exclusión de Baptista daba la puntilla con un 0-3 de parcial que encendía todas las luces de alarma (17-21, minuto 50, con tanto de De Vega desde su portería). En 20 minutos el conjunto cangués únicamente había sido capaz de anotar cinco goles. Y así es casi imposible ganar.

Solo había espacio para la épica y ahí entró a jugar también la táctica, vaciando portería y atacando siete contra seis. El Cangas recortaba (19-21, minuto 52) y su rival se quedaba en inferioridad por una exclusión de Elustondo. Matheus alimentó a los suyos y Dani Fernández devolvía los dos goles de desventaja antes de que se anulase un gol a Menduiña desde mediocampo por pasos precedidos de una posible falta.

El Cangas tuvo otras dos superioridades más hasta el final. Ribeiro daba esperanzas (21-22) y Muratovic regalaba un pase. Souto marcaba y de nuevo otra pérdida parecía sentenciar el choque (21-23). Matheus era excluido a falta de poco más de dos minutos y Dani Fernández enviaba un siete metros al palo. Moyano ordenó presión a toda pista y el Cangas llegó al 23-24 a falta de 33 segundos. El Aranda incurrió en pasivo y Brais forzó una exclusión. Quedaban tres segundos y la acción ensayada acabó con el latigazo de Ribeiro en la madera.