Veinte minutos de muy buen juego y una segunda parte para olvidar. Este es, para Pereira, el resumen del Choco-Alondras, más allá del 6-1 que reflejó el marcador final. El técnico cangués se mostró molesto por el rendimiento ofrecido por los suyos tras el descanso, incapaz de plantar cara a un cuadro redondelano que remontó el tanto inicial de Luismi para acabar goleando a los rojiblancos.
"Hicimos 21 minutos de juego y dominio nuestro, para irnos incluso con dos o tres goles de ventaja, en dos acciones de Marwan", relata el preparador de los de O Morrazo, antes de que el Choco igualase y pudiese irse al descanso con 3-1. "En once minutos encajamos tres goles, que es algo que no se puede permitir, pero incluso con el 2-1 Marwan tiene un buen remate que se marcha a córner y pudo haber supuesto el empate", afirma.
Si ya hubo un cambio de tendencia en el ecuador del primer tiempo, en la reanudación el choque se inclinó clarísimamente del lado local. "No podemos permitir esa segunda parte. No competimos", resume Pereira, que añade que "después de un comienzo tan bueno no puede ser que nos empaten y luego haya una desconexión total. Y luego que en la segunda parte no salgamos". El conjunto redondelano se paseó en los segundos 45 minutos, explotando su mejor momento anímico, los graves errores defensivos del Alondras, y las notables ausencias de los alondristas, que no pudieron alinear a ninguno de sus cuatro futbolistas zurdos. "Los partidos duran 90 minutos. No puede ser que el rival campe a sus anchas", manifiesta Pereira.
Además del resultado lo más doloroso es haber dejado escapar otra oportunidad de engancharse a la zona de privilegio de la categoría. Como ya había pasado en la derrota en Arosa (2-1), el pinchazo frente al Choco impide a los cangueses acercarse a dos puntos de la sexta plaza, que ocupaba precisamente el que el domingo fue su rival (ahora es quinto). De haber mantenido la séptima plaza estando más cerca de los dos de arriba se ha pasado a caer al decimosegundo puesto. Eso sí, los cangueses siguen teniendo un colchón de siete puntos sobre las posiciones de descenso de categoría.
La preocupación del cuerpo técnico es ahora la de trabajar anímicamente con la plantilla y recomponer un equipo muy castigado por las bajas. "Toca levantarse y trabajar durante toda la semana", señala el preparador del Alondras, que asume las dificultades de enfrentarse a un Ourense CF "que ha estado de primero la mayor parte de la temporada".
