Balonmano - División de Honor Femenina

Lo que Abel vio aquella semana

El Orbe Rubensa acentúa con el pase a las semifinales ligueras el crecimiento de un proyecto que ha superado duras pruebas

Celebración de la 
clasificación a costa del 
Mecalia, el pasado domingo.   | // R. GROBAS

Celebración de la clasificación a costa del Mecalia, el pasado domingo. | // R. GROBAS / Armando ÁLvarez

Armando Álvarez

Armando Álvarez

El presidente del Conservas Orbe Rubensa, Abel Estévez, decidió hace algunos años asistir a los entrenamientos durante toda una semana. El equipo, bajo la dirección de Isma Martínez, sufría. Abel necesitaba recopilar información para realizar su diagnóstico. Tras analizar la rutina que había implementado su entrenador, le palmeó la espalda.

–Hay que seguir. No está saliendo bien, pero el trabajo es buenísimo.

Nunca ha necesitado examinar nuevamente a Isma. Se cumple un lustro con el cangués al timón. Han pasado doce años desde aquel último regreso a División de Honor, en 2011; entonces, con Abel en la dirección técnica. Y la escuadra porriñesa ha vuelto a romper su techo. A la cuarta plaza en la fase regular le ha seguido su primer pase a las semifinales ligueras tras eliminar al Mecalia Guardés. “Una clasificación histórica”, celebra Abel. “Isma es el pilar fundamental a nivel deportivo. El equipo directivo tiene con él muy buena sintonía. Queremos que sea nuestro entrenador siempre. Para mí es el mejor de España. Está impulsando el club a otro nivel”.

El propio Abel, que siempre ha definido el Club Balonmano Porriño como su “proyecto de vida”, decidió en 2019 trasladarse del banquillo al despacho –aunque siga entrenando al filial–. Él, hoy también concelleiro de Deportes, se centraría en la viabilidad institucional. Necesitaba un sustituto adecuado con la pizarra. Y pensó en recuperar a Isma, que ya había trabajado con la cantera louriñesa. Este acababa de firmar una permanencia épica en Honor Plata Masculina con el Novás. Aceptó una “oferta irrechazable”, comentó en aquel momento. Hoy recuerda: “El cambio de Novás fue muy duro. Estaba muy a gusto allí. Me sentía muy querido. Pero entendía que esto era distinto; un proyecto muy a largo plazo. Fue lo que nosotros hablamos”.

Abel ha mantenido su palabra aunque su fe se haya puesto a prueba. El Porriño quedó penúltimo en la temporada 19-20, en la que no hubo descensos, y cayó al grupo por la permanencia, cierto que salvándose con holgura, al año siguiente. “Ha habido momentos muy duros. Tenemos la suerte de tener un presidente que ha sido entrenador y sabe de balonmano. Por tener a esta persona detrás, que siempre tiene un conocimiento del juego, seguimos apostando y nos está saliendo cara”, sostiene Isma.

El crecimiento ha sido constante: décimo en la fase única de la temporada 21-22; quinto el año pasado en fase regular y eliminado en cuartos en la 22-23; cuarto en el ejercicio vigente y esperando rival en semifinales. Todo apunta al Elche, campeón de la fase regular, que ganó en casa del Beti-Onak por 26-33. La vuelta se juega este miércoles. “Parece que el Beti Onak lo tiene complicado. Pero el formato de la competición da pie a que pueda haber sorpresas”, indica. La diferencia de goles no se tiene en cuenta. Si las navarras sorprendiesen en el Esperanza Lag, la eliminatoria se resolvería en prórroga y penaltis.

Isma distribuye su atención. Dedicó la mañana de ayer a desentrañar el partido contra el Mecalia. Por la tarde diseccionó al Aula Valladolid, rival en cuartos de la Copa de la Reina, que se disputará en San Sebastián del 10 al 12 de mayo, en mitad de las semifinales ligueras. “A partir de mañana veré si más Elche o Beti-Onak. Los tenemos bien estudiados. Las jugadoras lo tendrán bastante claro”, detalla.

La plantilla, por su parte, disfrutó de una jornada de descanso. Tocaba celebrar a la vez que bajar las pulsaciones de ese apasionante doble duelo contra el Mecalia (29-30 y 29-29). “Los derbis son así, emocionales, de vaivenes. Nada que no esperásemos”, conviene Isma. El domingo, en un Municipal a reventar, tocó remontar desde el 20-23. “Tiene mérito porque no nos rendimos. Movimos nuestras piezas de forma inteligente. Fuimos rotando y dosificando a gente que a la postre fue importante. Jugadoras que no estaban llamadas a ser protagonistas a nivel ofensivo lo han sido”, destaca.

Abel confiesa que el equipo ha excedido sus previsiones: “Creíamos que estar entre los seis primeros era un objetivo realista. Pero las cosas nos están yendo muy bien. Isma le está quitando todo el partido que tiene a esta plantilla. Nuestras jugadoras están adquiriendo experiencia y están alcanzando su madurez. Eso hace que el rendimiento colectivo sea mayor. Estamos muy ilusionados. Ahora el equipo se convierte en un enemigo peligroso. No tiene ninguna presión. Entiendo que tiene más opciones de pasar el Elche. Vamos a jugar sin ningún complejo. Queremos competir”.

“Nos quedan cuatro partidos para ser campeones de Liga y tres para ser campeones de Copa. Apostaremos por las dos competiciones. Vamos a intentar lograr algo bonito”, anticipa Isma. El Mecalia se mantiene como único equipo gallego que ha conquistado un título; la Liga de 2017. Y el único que ha jugado una final de Copa de la Reina (2022) y otra de la EHF (2023). Pero su hegemonía en Galicia se ha roto desde 2023. Isma no saca pecho: “Ellas son desde hace muchos años un proyecto ganador. Nosotras tenemos el nuestro. Son diferentes. Nos está tocando recoger fruto de lo sembrado. El bloque va a seguir. No diría que es un cambio de ciclo, pero sí que nos refuerza”.

El sudoku de la clasificación europea

Nunca ha disputado el Conservas Orbe Rubensa una competición europea. Otra frontera, tanto literal como figurada, que se han propuesto cruzar las porriñesas en su aventura. “Sería el paso lógico que habría que dar”, reconoce Isma. En otras temporadas, de formato más sencillo, la cuarta plaza de la liga regular o la presencia ya asegurada entre las cuatro primeras de la clasificación final, tras superar los cuartos, habrían asegurado ese pasaporte continental. Pero la arquitectura competitiva se ha enredado y también el reparto de premios. Cuatro son las plazas europeas para el balonmano femenino español. Elche y Málaga se han adjudicado las dos primeras gracias a su rendimiento en la temporada regular. Eso significa que el Bera Bera, principal dominador del escenario nacional durante el último lustro, se ha quedado de momento fuera del reparto. La Copa de la Reina repartirá una tercera plaza europea: al ganador o en caso de que fuesen Elche y Málaga, al finalista. Estos dos y Bera Bera coinciden en el mismo lado del cuadro copero. Si el Bera Bera gana la Copa, el Orbe Rubensa se habrá adjudicado la última plaza continental como cuarto de la liga regular. Si es otro cualquiera que no sea el Orbe Rubensa –Mecalia, por ejemplo, que es el rival en cuartos de las vascas o Valladolid, Elda y Granollers–, al cuadro porriñés se le complicaría ese acceso. Abel Estévez se ve “con muchas opciones de jugar competición europea. Es algo que tenemos que analizar desde la parte económica”, matiza. Isma advierte: “Clasificar directamente no es sencillo. Hay mucha casuística, El año pasado ya nos quedamos sin plaza. Es cierto que si solicitas una wild card es posible que te la concediesen pero el planteamiento del club es clasificarse directamente y si no, seguir trabajando para lograrlo”.