Balonmano - División de Honor Femenina

Abel Estévez, uno y trino

Concelleiro de Deportes, presidente del C.B. Porriño y entrenador del filial, celebra el mejor arranque liguero en la historia del primer equipo

Abel Estévez.

Abel Estévez. / MARTA G. BREA

Armando Álvarez

Armando Álvarez

El Conservas Orben Rubensa Porriño marcha tercero en División de Honor Femenina. Seis victorias y dos derrotas lo sitúan a solo dos puntos de los colíderes, Bera Bera y Rocasa. El mejor arranque liguero en los 35 años de existencia del Club Balonmano Porriño. En la máxima categoría de manera ininterrumpida desde 2011, la quinta posición final de 2016 marca un tope histórico que parece al alcance. Con tanto recorrido aún por delante, conviene disfrutar del instante. Lo exprimen el presidente, el entrenador del filial y el concelleiro de Deportes porriñés. Ellos conocen bien las amarguras que se han ido superando en el camino. Comparten esa experiencia porque son el mismo: Abel Estévez, uno y trino.

Estévez dirigió al equipo sénior durante más de una década. Él se encargó de instalarlo en División de Honor. Hace un lustro se vio urgido a asumir la presidencia. Renovó su mandato hace un año, sin contrincante electoral. Aunque al principio compaginó tareas, en 2019 abandonó el banquillo principal, bien que asumiendo el del filial, que milita en Honor Plata. Y ese mismo año se presentó a las elecciones municipales como número 2 en la lista del PP encabezada por Alejandro Lorenzo. En la oposición al principio, la complicada aritmética política louriñesa propició el cambio de gobierno en diciembre de 2021. Desde entonces Estévez ejerce como primer teniente de alcalde y regenta Seguridade, Policía Local, Protección Civil, Voluntariado, Deportes y Benestar Social

La multiplicación de tareas le ha obligado a modificar su labor técnica. “Básicamente durante la semana no entreno. Mis obligaciones me lo impiden”. Otros técnicos del club se encargan de ese “trabajo previo en pista” con las canteranas del Rubensa Porriño. Estévez asume después la dirección en los partidos. “Tenemos carencias de entrenadores con el título nacional. Y este año contamos con un grupo muy joven. Me sirve como mi válvula de escape para despejarme de otras cosas. Lo veo como un pasatiempo, más para echar una mano que como una obligación”. Los resulados validan el sistema. Igual que sus mayores, las chicas van terceras en Honor Plata.

Asegura Estévez que la Concellería de Deportes no le demanda un especial esfuerzo. “El Concello de Porriño siempre ha apoyado mucho el deporte. Nuestra línea es seguir fomentándolo, abriéndonos a nuevas actividades. Creo que todos los clubes están más o menos satisfechos. Evidentemente pueden surgir problemas en el día a día. Hay que hacer inversiones en las instalaciones para mantenerlas. Pero la labor en Deportes me está resultando muy cómoda. Tengo el apoyo de un técnico como Julio Bernárdez, que me facilita mucho el trabajo”. Bernárdez lo imita en polivalencia. El que fuera destacado jugador y entrenador se ha presentado a la presidencia de la Federación Gallega de Baloncesto. En febrero decidirá la asamblea.

Estévez no ha percibido suspicacias en otros clubes por su doble condición de concelleiro y presidente. “Los baremos de las subvenciones están establecidos desde hace muchos años. A veces no llegamos a todo lo que queremos hacer, por falta de personal sobre todo, pero intentamos que el trato sea igualitario para todo el mundo”.

Delegar resulta esencial. Abel Estévez ya lo hizo en 2019, cuando le entregó el mando del Orbe Rubensa a Isma Martínez. “Me ha sido muy fácil. Isma fue mi segundo entrenador y mi preparador físico en nueve de mis once años en el primer equipo. Al ponerme de presidente me absorbió la gestión del club. Se apostó por Isma y él siempre ha tenido total libertad e independencia para tomar sus decisiones. Acertamos en todo momento. Es un técnico que representa los valores de este club. Isma se merece todo lo bueno que le pueda pasar”.

Isma Martínez regresó al Porriño tras dos años mágicos en el Novás. Ascendió a los rosaleiros a Honor Plata Masculina y firmó una permanencia milagrosa. Su figura conecta el mejor momento de las dos entidades, ahora que el Valinox lidera su competición. Pero el entrenador cangués también ha vivido momentos apurados desde su vuelta. Su proyecto bordeó el fracaso en los tres primeros ejercicios: penúltimo en 2020, cuando se produjo una ampliación en la categoría; primero pero de la liguilla de permanencia en 2021 y undécimo en 2022.

Jamás ha flaqueado la fe de Abel Estévez en su discípulo y sucesor. “No debemos centrarnos en el resultado. El deporte a veces tiene condicionantes que no podemos controlar, lesiones, el diseño de la plantilla, jugadoras que no dan el salto que pensabas... Al analizar el trabajo de Isma, la nota siempre había sido muy buena. Ahora parece que todo el mundo lo descubre. Tiene un futuro brillante”.

Esa misma combinación de factores que explica las dificultades sustenta ahora el éxito. “Hemos encontrado el equilibrio en la plantilla que llevábamos buscando años”, sostiene Estévez. Los fichajes de Carmen Prelchi y Paulina Pérez han mejorado el balance entre ataque y defensa. Malena Vallés ha suplido con talento y gol la ausencia de Anthía Espiñeira. Esta y otras lesiones, como las de Thais Fermo y Carolina Bono, no han pesado tanto. “El equipo está compitiendo muy bien”, ensalza.

Un resultado ha sido especialmente significativo. El 26 de noviembre, el Orbe Rubensa se imponía por 24-20 al Mecalia. Su primera victoria en el derbi en casi siete años. Los clubes han encarnado filosofías distintas en esta etapa dorada del balonmano femenino gallego: más propio y formativo, el porriñés; más de rendimiento inmediato, el guardés. “Los dos modelos son válidos”, defiende Abel. “Tiene muchísimo mérito lo que ha hecho Guardés. Ganar el título de Liga de 2017 fue increíble. Nosotros hemos intentado apostar por gente joven, que estudia y juega al mismo tiempo. Es un orgullo y estamos recogiendo los frutos. Pero es cierto que cada año la exigencia de la liga es mayor y es más difícil seguir haciendo que debuten jugadoras”.

Sin límites

Con los matices necesarios, el Conservas Orbe Rubensa Porriño se ha introducido entre Bera Bera, Rocasa y Málaga, las tres potencias presupuestarias. El cambiante sistema competitivo ha variado este año hacia un play off de ocho equipos que decidirá el título. “Tenemos los objetivos claros desde principio de temporada”, asegura Estévez. “Habíamos hablado de entrar en el play off. A partir de ahí no nos vamos a poner límites. Pelearemos por todo”. Superar al Elche para acceder a la fase final de la Copa de la Reina es el otro reto. “Si hemos mantenido la tranquilidad cuando el equipo pasó malos ratos, ahora debemos mantenerla”.

Estévez, aunque de austera expresividad emocional, confiesa su íntima felicidad: “Mi proyecto de vida es el Club Balonmano Porriño. Lo tengo muy claro. Mi paso por la política será corto. Es bonito, pero de mucho desgaste. Debe ser algo rotatorio. Ver disfrutar a mi gente me hace sentir muy orgulloso de lo que estamos haciendo. Me motiva para que el club siga creciendo y lo dotemos de medios para llegar lo más arriba posible”.

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