Fútbol sala | Adrián Alonso 'Pola' Jugador del Noia

“Me voy con la cabeza alta, muy tranquilo, feliz y sin reproches”

El mejor jugador gallego de la historia anuncia su retirada

Quiere construir un proyecto en Vigo de la mano del Celta una vez que acabe sus estudios de Fisioterapia

Pola, con el Noia, en su último partido en el Central, en cuartos de la Copa Galicia ante el IES Coruxo.

Pola, con el Noia, en su último partido en el Central, en cuartos de la Copa Galicia ante el IES Coruxo. / José Lores

Armando Álvarez

Armando Álvarez

“A todos los que habéis formado parte de este viaje, tengo algo que contaros”, anuncia Adrián Alonso, “Pola” para el siglo, en el encabezado de su mensaje en redes sociales. Y lo cuenta, pero no con palabras, sino con imágenes de su extraordinaria carrera, a la que ha decidido poner fin. “El último repliegue”, así etiqueta esta recta final de la que será su última temporada.

Le queda un último reto a Pola, intentar lograr la permanencia con el Noia Portus Apostoli, que actualmente es colista tras encadenar cuatro derrotas pero que sigue teniendo la permanencia a tiro. El vigués intentará que sea el mejor colofón a una trayectoria que ha estado plagada de éxitos. Pola, que en junio cumplirá 36 años, conquistó seis títulos ligueros, dos de Copa del Rey, cinco de Copa de España, tres de Supercopa y dos de Copa de la UEFA con el Movistar, además de otra Copa y otra Supercopa de España con el Santiago Futsal. También ha sido campeón de Europa con la selección española.

Son logros que ha recolectado a pesas de las dificultades, sobre todo las graves lesiones que ha tenido que superar, pero que han contribuido a forjar un carácter competitivo que ha sido su gran emblema como jugador, muy completo además en sus otras virtudes, como el rigor defensivo y la inteligencia táctica. Un compendio deportivo y personal que le ha granjeado el respeto de los rivales y la admiración de los suyos; también de su ciudad, que lo declaró “deportista de la década” en la Gran Gala do Deporte de Vigo e a súa Comarca de 2021.

–Anuncia su retirada en un vídeo, sin llegar a pronunciar la palabra. Habla del “último repliegue”. ¿Todavía asusta?

–No me cuesta, no. Me retiro, me retiro. Lo digo de esa forma y creo que todo el mundo lo ha entendido. Y que es a final de temporada, no hoy.

–¿Cuándo toma la decisión?

–Hace ya meses. No es un momento concreto. Desde el año pasado ya había empezado a valorar el tema. Decidí jugar una temporada más porque no quería retirarme así de repente. A principio de esta temporada, ya aquí en Noia, tomé la decisión de trabajar este año sabiendo que iba a ser el último. Me retiró en mi tierra, feliz y ya está. No ha sido de un día para otro ni un calentón. Evidentemente un acto como éste no se toma a la ligera.

–Dedica del vídeo “a todos los que habéis formado parte de este viaje”. Y menudo viaje, como profesional entre 2005 y 2024. Difícil comprimir en imágenes semejante carrera; y comprimirla en emociones, títulos, recuerdos, afectos…

–Complicadísimo. En tan poco tiempo resumir algo es difícil. El vídeo ha sido gracias a Jairo Iglesias, que ha hecho un trabajo espectacular. Nos conocemos de hace muchos años. Ha conseguido plasmar lo que yo sentía y lo que quería transmitir en tan poco tiempo. Tal y como está el mundo en las redes sociales, meter algo más largo no habría tenido sentido. Me siento feliz por todos estos años… Muy feliz.

–¿No le ha quedado nada por cumplir?

–No, no. Me voy con la cabeza muy alta, muy tranquilo, feliz, sin preocupaciones ni reprocharme nada. Creo que en los buenos momentos hice las cosas bien y en los malos, aún mejor. Por eso me puedo retirar cuando yo quiero, que es este momento.

Pedro Posada entrega una camiseta céltica a Pola en un homenaje a Balaídos.

Pedro Posada entrega una camiseta céltica a Pola en un homenaje a Balaídos. / Cedida

–¿Lo dice ahora, a falta de seis jornadas, para ahorrarse la presión de las preguntas?

–Igual lo hubiera hecho un poco antes. Obviamente cumplo 36 años dentro de unos meses, pero nadie me había preguntado nunca si me iba a retirar. Este momento, no sé por qué, era el acertado para comunicárselo a la gente y disfrutar de estos seis partidos, sabiendo que esto se acaba.

–Se despedirá, eso sí, compitiendo para lograr la permanencia con el Noia Portus Apostoli.

–Competir por la salvación no es el mejor de los sueños, pero es el sueño que me ha tocado ahora. Toca cumplir y competir por este objetivo, que para mí ahora es el más importante. Me quiero retirar con el Noia en Primera. Sería como un título. Es como me lo tomo y haré todo lo posible por mi parte para ayudar al club a lograr este objetivo.

–Significativo que lo compare con un título y usted sabe de qué habla. Los ha coleccionado a manos llenas. Aquel chiquillo vigués difícilmente lo hubiera podido concebir.

–Difícil, no; imposible. Para mí era inimaginable. Desde los 12, 13 o 14 años sí que me planteé que quería ser jugador profesional de fútbol sala. Eso sí lo digo, mi objetivo era llegar. Pero ganar los títulos que he ganado… Impensable. ¿Cuántos jugadores tienen este número de títulos? Mi generación de Inter, los que tuvimos esa suerte, y algún jugador más por ahí. Para un chico de Coia, de un barrio humilde de Vigo, de una familia humilde, poder conseguir lo que he conseguido era imposible pensarlo.

–Y creo que en usted se valoran además los obstáculos que ha superado, como las lesiones graves de rodilla.

–No cambiaría ninguna de mis lesiones. Es verdad que a largo plaza seguramente me pasen factura en mi vida diaria. Pero me han forjado una actitud más fuerte. Me han hecho ser más competitivo. Y me han vuelto a abrir los ojos de cara a los estudios. Yo estoy a punto de terminar una carrera universitaria (Fisioterapia) que empecé gracias a haberme lesionado. Lo había dejado cuando era joven. Han sido una parte importante de este viaje. Me han privado de cosas, pero que me han dado otras igual o más importantes.

–En estas horas ha podido usted calibrar todo el cariño que le tienen; también en su ciudad, aunque nunca haya podido jugar como profesional en un equipo vigués.

–Siempre me he sentido muy querido en Galicia, en Madrid, en toda España en general, a pesar de que en algunos pabellones ha habido más discrepancias que otras con mi actitud a la hora de jugar. Estoy leyendo mensajes muy bonitos de los clubes de los que he sido gran rival, con los que he tenido partidos tensos, y de sus aficionados. Al final es deporte. Me enorgullece que no solo hayan visto mi gen competitivo en su contra, porque en ese momento era su rival, sino la persona que soy. Es lo más importante.

Pola, cuando jugaba en Santiago.

Pola, cuando jugaba en Santiago. / FDV

–Y aunque haya sido un proceso muy madurado, y se haya preparado profesionalmente para el futuro, ¿le produce vértigo tener que reinventarse?

–Llevo preparándome años, estudiando más de lo que dura una carrera universitaria porque es complicado conjugarla con el deporte. He escuchado esa palabra, vértigo, de varios compañeros, y yo sinceramente no siento ninguno. Tengo mucha tranquilidad. Confío mucho en mí. Sé el tipo de persona que soy. Lo que era jugando lo seré en mi profesión futura. Me he formado y me he ganado esa confianza durante muchos años.

–Usted ya había comentado que le gustaría construir un proyecto de fútbol sala de élite en Vigo, de la mano del Celta. ¿Lo acometerá?

–Mi idea es hacerlo. Sigue ahí, intacta. Quiero preparar un proyecto, algo que le parezca atractivo al Celta de cara al fútbol sala. Sí que es verdad que no será inmediato. Para mí, lo inmediato cuando termine la temporada será sacarme la carrera. Pero a pocos años es algo que tengo ahí y que voy a hacer; no digo al cien por cien pero casi. Creo que la ciudad se lo merece, que el fútbol sala se lo merece y me llama mucho la atención.

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