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El “Mago” planea el adiós

David Silva, tras romperse el cruzado, tiene tomada la decisión de retirarse a los 37 años y poner fin a una maravillosa carrera

Silva, en uno de sus primeros partidos en el Celta y en una imagen reciente.

Silva, en uno de sus primeros partidos en el Celta y en una imagen reciente. / j.c.a.

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

Decía Borja Oubiña, compañero suyo en aquel año de cesión en el Celta, que tener en el equipo a aquel chaval de dieciocho años era una bendición: “Cada vez que tenías dudas o estabas en un problema se la dabas a él...y listo”. Veinte años ha estado David Silva en la élite del fútbol profesional. Arrancó en el Eibar (hay futbolistas del Celta que aún tienen pesadillas con aquella tortura a la que les sometió en Ipurua) y saltó a Primera División en Balaídos, a las órdenes de Fernando Vázquez, en aquel equipo donde fue decisivo para meterle en la Copa de la UEFA. Ya se sabía que lo que vendría después sería impresionante. Hacía con enorme sencillez lo más complicado que hay en el fútbol: hacer mejores a sus compeñeros, a sus equipos. Toda la vida así, resolviendo en un toque aquello en lo que la mayoría emplean muchos más.

El “Mago” planea el adiós

El “Mago” planea el adiós / j.c.a.

La historia se acaba de la peor de las maneras. Una grave lesión (rotura del ligamento cruzado) precipita su adiós. Con 37 años entiende el canario que no tiene sentido. Había decidido que la 2023-24 era su última campaña en ejercicio. La va a pasar recuperándose. Consciente de que no le verán en un terreno de juego de nuevo tomó la decisión de retirarse. Pero lo hace a lo grande. Ha perdonado el dinero que le correspondería por este año de contrato (algo que la Real aprovechará para contratar a algún futbolista de importante sueldo) y a cambio el club donostiarra le acompañará en el proceso de recuperación como si fuese un futbolista. Algo que gana al equipo que aunque no le tenga en el campo, disfrutará de su compañía diaria, de sus consejos, de su opinión, de su tranquilidad.

No es la manera ideal de irse para un futbolista al que no se hizo en España la justicia que merecía por su importancia en un terreno de juego. Menos reconocido de lo que debiera. Su fichaje tendría que haber sido objeto de una importante reyerta entre los dos grandes de la Liga española, pero sin embargo David Silva fue leyenda en el Manchester City (una estatua en el exterior del Etiyad lo atestigua) y solo regresó a su país ya veterano, con 34 años, para disfrutar de unos años brillantes en la Real Sociedad, a la que ayudó a ir a la Liga de Campeones. Con la selección española, Silva forma parte del grupo elegido de jugadores campeones de un Mundial y dos Eurocopas aunque en algunos de los torneos jugó menos de lo que seguramente le correspondía. Hoy o mañana hará oficial su adiós al fútbol. Un día triste para este bendito deporte.

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