Baloncesto - Final Four de la Liga Challenge

Cliney: “Vives para los grandes momentos”

La alero americana del Celta Zorka Recalvi asume la responsabilidad ante Alcobendas: “Me lo tomo como una tarea personal”

Doniyah Cliney,en Navia. | // MARTA G. BREA

Doniyah Cliney,en Navia. | // MARTA G. BREA / MARTA G. BREA

Armando Álvarez

Armando Álvarez

La geopolítica del baloncesto ha evolucionado en las dos últimas décadas. En la NBA abundan los extranjeros; también en la jerarquía del MVP. En las ligas europeas se han permeabilizado las fronteras y los jugadores transitan entre competiciones apenas limitados por las cuotas. En el baloncesto femenino, sin embargo, las diferencias entre la élite estadounidense y el resto del planeta siguen siendo notables. Y las americanas conservan aquel prestigio ochentero de sus colegas masculinos. En la plantilla del Celta Zorka Recalvi hay jugadoras de Nigeria, Bosnia, Letonia... También españolas de peso en un juego coral. Sin embargo, inevitablemente, muchas miradas se dirigirán hacia Doniyah Shantell Cliney. La alero de New Jersey se siente cómoda si se le reclama tal protagonismo. “Vives para los grandes momentos”, afirma.

El éxito de clubes como el Celta, de presupuesto limitado y en un mercado tan específico como la Liga Challenge, sigue dependiendo en gran medida del acierto con las contrataciones foráneas; singularmente, las estadounidenses, a quienes se les suele seguir adjudicando el rol de anotadoras. Cliney, campeona de la NCAA con la Universidad de Carolina del Sur, ya había mostrado sus condiciones en Finlandia, Portugal y Suecia. Al director deportivo celeste, Carlos Colinas, le encandiló su polivalencia. Se incorporó a la disciplina del equipo tras jugar durante el verano en Australia. Cantero le encontró un acomodo perfecto en sus sistemas. Cliney ha promediado durante la liga regular 12 puntos, 3’5 rebotes y 1’6 asistencias.

Cliney analiza sin extrañeza la fase de ascenso. “No cambia nada. No lo creo. Lo único que cambia es el país donde lo hago, pero la reputación es todo por lo que he trabajado durante toda mi vida. Todo lo que he aprendido desde que era niña, en el instituto, en la universidad, se traslada a estos momentos. Estoy emocionada”, asegura.

A sus 27 años, desde su condición de trotamundos, dibuja el equilibrio entre el sentimiento y la frialdad necesaria: “Mis compañeras han podido ver todo lo que me implico en todo lo que hago. Emocionalmente puede ser difícil. Puedes pensar demasiado. Tengo que dejar que fluya y jugar mi mejor partido”.

Cliney, junto a Musa.

Cliney, junto a Musa. / MARTA G. BREA

“Durante los tres últimos años, la mayor parte del tiempo que llevo como profesional, he estado jugando con compañeras más jóvenes. Siempre he tenido ese rol de veterana”, comenta Cliney en la comparación de edades. “Puedo ser la anotadora, la que debe hablar, la que debe motivar... El papel cambia cada día. Si hoy no anoto, sé que puede hacerlo MJ o que la próxima jugadora estará lista para dar un paso al frente. Siento que estamos muy cohesionadas como equipo. Nos apoyamos en cada una. Eso siempre ayuda”. Pero no renuncia, desde esa concepción grupal, a asumir la responsabilidad: “Me lo tomo como un cumplido y como una tarea personal. Cuando la entrenadora me pone en esa situación, siento más que ganas de demostrar que se puede confiar en mí; que mis compañeras pueden confiar en mí en esas situaciones. Me encanta. Vives para los grandes momentos. Hay experiencias que las personas solo pueden disfrutar una vez en la vida. Hay que aprovecharlo”.

Cliney no sobresalió ofensivamente ante Al-Qázeres: 6 puntos en la ida y 10 en la vuelta. Tampoco el Celta exhibió su mejor versión, al menos en ataque. Está segura de que será diferente ante el Alcobendas: “Siento que será un gran partido. El último contra ellas no fue muy bueno. Ganamos el primero, obviamente. Este partido significa mucho para nosotras”.

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