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Fútbol

Un gol de todos

Gabriel Correa logró el segundo premio del Golden Crack por un tanto al Bertamiráns, que le ayudó en la votación para alzarse con el trofeo

Gabi posa con el trofeo tras lograr la segunda posición en los premios "Golden Crack", por su gol de chilena en los alevines del Rápido de Bouzas.

Auditorio Luis Aragonés, en la Ciudad Deportiva de Las Rozas. Rookiebox, organización que promociona a jóvenes talentos en diversas disciplinas, entrega los premios Golden Crack a las mejores acciones balompédicas de la pasada temporada. Han acudido niños de toda España. Presentan la gala María Vicente, de El Programa de Ana Rosa, y José Luis Allegue, de Marca. Ángel Jiménez, conocido como “el árbitro de la paz” por sus viralizadas charlas a padres y jugadores antes de cada partido, y el entrenador Sergio González Centeno conferencian sobre cuestiones pedagógicas. Después Vicente y Allegue comienzan a anunciar los ganadores, elegidos a medias entre profesionales y votación popular. Serán diez entre los cincuenta finalistas. El vigués Gabriel Correa, Gabi, aguarda en el patio de butacas junto a su padre, Francisco Javier, y su tío abuelo José. Nadie lo pronuncia y piensa, según se agota la escala: “Todos son goles bastante buenos. ¡Uf, puede que no salga!”. Y entonces escucha su nombre, sube, responde tímidamente a unas preguntas y desciende, resplandeciente. Posará así, entre feliz e incrédulo, con su trofeo y su diploma, con el campo de entrenamiento de la selección española de fondo. “Balón de plata”, se ufana su padre.

Gabi anotó ese golazo en septiembre de 2021, cuando militaba en el Rápido alevín. El equipo aurinegro se enfrentaba al Bertamiráns en las semifinales del Torneo de Arcade. Gabi recibió un pase largo, arrastró a dos defensas a la esquina, devolvió el balón al volante y esperó en el área su centro para realizar un control elevado, que transformó en una precisa chilena.

El gol del alevín del Rápido de Bouzas que aspira al Golden Crack

El gol del alevín del Rápido de Bouzas que aspira al Golden Crack FDV

Existe constancia del remate porque el padre de un compañero, ilusionado por la calidad del torneo, había llevado una cámara. Y Francisco Javier recordó que poseía esas imágenes de su hijo cuando meses después leyó las bases de un concurso. La empresa Rookiebox posee una plataforma en la que se pueden colgar los destellos geniales de la juventud en literatura, pintura, fotografía... Para el fútbol crearon Golden Crack. Se trataba de ensalzar las mejores maniobras de las categorías inferiores, desde gestos deportivos a goles o paradas. De la fase autonómica saldrían cincuenta finalistas mediante un voto ponderado entre el público y los responsables de Rookiebox. Gabi fue el único gallego en superar la criba.

Gabi, con su trofeo y su diploma, en Las Rozas.

Y si lo consiguió, igual que la segunda posición en la final, destaca Francisco Javier, fue en gran medida gracias al Bertamirans. Al club santiagués no le dolió aparecer como la víctima del golazo. Al contrario, promocionaron el vídeo en redes sociales y han sido los primeros en cumplimentar a Gabi por su segunda posición en la gala. “El Bertamiráns se involucró muchísimo para que la gente le votara. Es superchulo en mi manera de pensar, igual porque soy el padre. Lo han felicitado por sus méritos como si fuese un niño más de ellos. Me parece emotivo, una historia bonita y digna”.

“Nuestra relación con Gabi había empezado antes ya. Habíamos jugando contra ellos varios amistosos y nuestro chicos entablaron con él buena amistad. Es una generación muy sociable”, explica el director deportivo del Bertamiráns, Sergio Pena. “Aparte de encajar el gol, que sufrimos lógicamente, fue un gran torneo. Intentamos ayudarle en lo que pudimos. Los padres de nuestros jugadores también se involucraron en la votación. Ese fue nuestro papel. Gabi siempre nos comenta que le gustaría jugar en el Bertamiráns si viviese más cerca y nosotros también los ficharíamos de muy buena gana”. Gabi agradece: “Ha sido un gesto muy bonito del Bertamiráns”.

Los trofeos de Golden Crack.

Así que Gabi llegó a Las Rozas impulsado por los propios y por los ajenos; como lucimiento personal y culmen solidario. “El gol no deja de ser un logro colectivo. Viene precedido por una acción de los compañeros”, argumenta quien lo entrenaba en ese Rápido alevín, Borja Rodríguez.

El jurado ha entendido el sentido de la acción. De hecho, se premia al equipo en sí. Al Rápido y Gabi solo los superó una parada del portero benjamín del Santa Marta salmantino. “La velada fue algo impresionante. Crearon una atmósfera muy especial, que hizo a los niños sentirse futbolistas profesionales”, elogia Francisco Javier. “Muchos padres lloraron, yo entre ellos”.

El fútbol avanza con rapidez, como la vida. Gabi juega este año en el Val Miñor. Ya sueña con nuevos goles mientras se va diluyendo el eco del que logró aquella noche en Arcade. Ha disfrutado de esta experiencia “feliz, sin presión”. Es Balón de Plata. Y a la vez solo un niño que juega.

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