Adrián Ben no estará en la final de los 800 metros del domingo. Ese era su objetivo, pero sus malas decisiones en la semifinal de ayer le llenaron los ojos de lágrimas y de rabia. Se sabía con piernas para estar en la pelea, para aspirar a cualquier cosa, pero a la hora de la verdad, en una prueba tan criminal como ésta, se quedó fuera. El gallego corrió en la primera semifinal –un problema añadido porque se fue demasiado lento desde el comienzo lo que obligaba a conseguir una de las tres plazas que daban acceso a la final por puestos. Ben comenzó bien la carrera pero al paso por el 400 quedó relegado a la sexta plaza tras una serie de encontronazos que en absoluto le ayudaron. Al enfilar la penúltima curva buscó salir a la calle dos para no sentirse tan encorsetado en el grupo y consiguió situarse cuarto, pero hizo metros de más durante toda la prueba y en la última recta, en el momento clave, se quedó sin fuerzas y paró el crono como séptimo en 1:49.26.

Ben comenzó bien la carrera pero al paso por el 400 quedó relegado a la sexta plaza tras una serie de encontronazos que en absoluto le ayudaron

La victoria de la serie se la llevó el sueco Andreas Kramer con 1:48.37, seguido del italiano Simone Barontini, segundo por una milésima (1.48.51) con el francés Benjamin Robert, tercero.

“Me ha dado vergüenza la carrera que acabo de hacer. Puedo perder porque corra menos y los demás me ganen pero no en semifinales por estas cosas"

“Me ha dado vergüenza la carrera que acabo de hacer. Puedo perder porque corra menos y los demás me ganen pero no en semifinales por estas cosas. Ha habido muchos golpes y en una carrera así no me viene bien. He reaccionado tarde, mal y por fuera y a falta de cien metros he visto que las opciones que tenía eran del diez por ciento”, confesó el gallego, visiblemente decepcionado por su actuación. “Me duele fallarme a mí, a mi entrenador, a mi grupo de trabajo, a la gente que está siempre conmigo” aseguró el de Viveiro.