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TRIATLÓN - Juegos Paralímpicos

Reinventarse (otra vez) por el sueño olímpico

Gutavo Rodríguez, duranteun entrenamiento en bicicleta en Sierra Nevada. FdV

  • Retroceso
  • Incertidumbre
  • El esperado reencuentro con el Ironman
  • Alternativas
  • Gustavo Rodríguez tiene fija en su calendario, con letras rojas, la fecha de los Juegos Paralímpicos de Tokio, donde acudirá como guía del valenciano Héctor Catalá. Juntos se han proclamado campeones del mundo y juntos quieren saborear la gloria olímpica, aunque para ello deban sortear los contratiempos a causa de una pandemia que desde el pasado año les obliga a reinventarse una y otra vez.

    Gustavo Rodríguez adelanta su concentración en Lanzarote debido a las restricciones decretadas en Galicia

    Las restricciones impuestas en Galicia les han llevado esta vez a adelantar la concentración en Lanzarote para poder entrenar en óptimas condiciones. “La idea era hacer un poco más adelante la concentración de Lanzarote, pero tal y como está aquí todo, es muy complicado entrenar. Toca marchar de nuevo”, dice tras pasar tres semanas en Sierra Nevada, donde pudo compartir una semana con Aída Valiño y donde se entrenó junto a Catalá. Ahora pasará otras tres semanas en la isla del archipiélago canario con la esperanza de que a su regreso las cosas aquí hayan mejorado.

    Gustavo Rodríguez con Aída Valiño FdV

    “Son tres disciplinas y hacer los entrenamientos de calidad es complicado; las concentraciones en altura sí que ya las teníamos cerradas: la de enero, otra en abril y luego la última en julio, de cara ya a los Juegos, pero esta la teníamos pensado un poco más adelante, para marzo o así. Las circunstancias nos han hecho programarla ahora”, explica.

    Retroceso

    “El gran objetivo siempre van a ser los Juegos y lo que tenemos claro es que no podemos estar como el año pasado, sin nadar. Por los dos meses que estuvimos sin nadar durante el confinamiento nos llevó más de medio año volver al nivel que teníamos en el agua y este año no podemos hacer un parón ahora. Los Juegos parece que van a salir, sea como sea, y tenemos que estar allí a tope. Eso conlleva el sacrificio de alejarse de la familia. Ahora, con las niñas, es lo que más se nota, pero es un sacrificio necesario para recoger después el fruto que deseamos ahí en Tokio”.

    Una ilusión que no decrece pese a la recaída de su lesión. “El año pasado, ya desde que salí del confinamiento, estuve con una molestia en el pie. Al menos me iba dejando entrenar, pero al terminar la temporada decidimos cortar de raíz e infiltrar. Parecía que la cosa iba bien y llevaba un mes y medio progresando un poquito, ya estaba empezando a encontrar la luz al final del túnel, pero un día volvió la molestia y ahí sigue. Ya llevo un mes con ella, tratándola y bueno, con paciencia, aunque la verdad es que sí que se hace un poquito duro”, reconoce.

    “Por suerte he podido meter carga de entrenamiento en la bici y en la piscina (salvo los cuatro días que ha estado en casa) y sí que se aprovecha bastante."

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    "Ahora ya estoy haciendo elíptica y carrera, en función de las molestias, para ir aumentando cargas y luego cuento con la ayuda de Thermalia, en Tui, que es la clínica de fisioterapia que tengo de confianza”, subraya. La idea era llegar a Lanzarote pudiendo hacer ya carrera continua. “Aunque no sea hacer entrenamientos de calidad, se trata de empezar a meter rodajes y, sobre todo, apagar el chip ese que está ahí como el chivato de emergencia encendido, testando todo el día si duele o no el pie. Lleva ya varios meses dando la lata y es cansado a nivel mental sobre todo”, asegura.

    Incertidumbre

    Y mientras mueve su agenda para mantener los entrenamientos de calidad, él y Catalá siguen pendientes del calendario de competición. “No se sabe nada. La verdad es que viendo lo que está pasando no hay nada asegurado. Se comenta que igual en verano probablemente la cosa ya empiece a funcionar con un poco más de normalidad”, afirma. “Por lo menos por un lado tenemos la seguridad de que los Juegos parece que van a salir, aunque no sea una seguridad al cien por cien, pero ya tener ese foco de atención importante medio asegurado es importante. El peor de los escenarios sería que nos plantásemos en agosto sin haber competido, pero en ese caso buscaríamos hacer entrenamientos de calidad para llegar allí a tope”, indica.

    “Lo que tenemos que buscar es que nuestro entrenamiento, que es lo único que podemos controlar, sea lo mejor posible. Si nos faltan las competiciones de acercamiento habrá que solventarlo de alguna manera, se trata de buscar los sitios donde podamos entrenar mejor; tocará escapar de casa más de lo normal”, se teme: “Este año nos enseñó a reinventarnos y a ir improvisando un poco sobre la marcha”.

    El esperado reencuentro con el Ironman

    Pese a todos los inconvenientes, el podio olímpico no deja de ser su sueño. “Este año el objetivo con Héctor es lo principal y es lo que marca el calendario”, indica. Pero también tiene planes a nivel individual. “La idea es tener antes un objetivo personal, que sería el Ironman de Lanzarote (previsto para el 22 de mayo), aunque si hay que ir a otro lado se irá; si solo quedara la opción de los Juegos, no habría problema, se prepararía al cien por cien y buscaría después de los Juegos algo de larga distancia. El calendario es amplio, hay carreras por todo el mundo y podemos elegir un poquito más”.

    Gustavo Rodríguez con Héctor Catalá FdV

    Aprovechará su estancia en Lanzarote para estudiar su circuito. “Normalmente los Ironman tienen los circuitos más planos, pero este tiene las subidas a los miradores. Las carreteras de Lanzarote son muy características por el tipo de asfalto. Es clave conocer el circuito”, asegura.

    En su capacidad de reinvención no rechaza nuevos retos o alternativas para sortear los contratiempos actuales, de hecho en verano, tras el confinamiento, volvió a enfundarse el maillot de ciclista, con el Louriña Cycling Team para disputar la Xacobeo 2021, una prueba de ciclismo en ruta para corredores Élite y Sub23.

    Alternativas

    Así que no teme ir improvisando sobre la marcha: “Los Iroman de final de año siempre me han gustado y también estarían los Campeonatos de España de larga y de media distancia, que siempre me gustan y me van bien, y se puede ir completando con carreras locales por aquí cerca y a ver qué acaba saliendo”.

    Este año se complica la opción de estar en Hawái. “Se buscaría la clasificación después de los Juegos de cara al año que viene. Si se dieran las circunstancias de que en Lanzarote sale la jugada perfecta y me clasificase allí ya sería la leche. Sería una temporada redonda, pero en principio la idea en Lanzarote es encontrarme bien, reencontrarme con una distancia que llevo un año sin correr y se echa en falta, y luego que salga lo que tenga que salir”, anhela.

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