Lo que Rubén Peña afronta en el ultratrail Camí de Cavalls, en Menorca, puede reducirse a cifras: 185 kilómetros, alrededor de 30 horas, 370 tramos, 20 euros cada uno. Igual podrían enumerarse los días de entrenamiento y los litros de sudor. También lo que pretende el proyecto "Recaída 0": salvar de la muerte a ese 40% del 20% de niños de leucemia linfoblástica aguda a los que se les reproduce la enfermedad, uno de cada diez en la macabra lotería. Detrás de los datos, nombres, existencias, esperanzas... Son las "matemáticas contra la leucemia".

Rubén Peña, ilicitano de 1973, reúne en esta aventura los otros amores de su geografía humana. Fichó por el Pilotes Posada Octavio en 1995 y no se quitó la camiseta roja hasta 2005, cuando se retiró. En Vigo reside y trabaja como técnico municipal en la Concellería de Deportes.

Los trails y ultramaratones, tan opuestos al oficio de extremo que practicó, le llegaron después. Empezó corriendo "distancias cortas" por el Lagares, para ocupar el tiempo mientras su hijo se entrenaba a balonmano. "Y una cosa llevo a la otra, no lo busqué para nada", comenta sobre su epifanía atlética. "Un día probé a correr por el monte porque me dijeron que era divertido y desde entonces no he parado. Cada vez el cuerpo me ha ido pidiendo distancias más largas, pero sin ninguna planificación. Ha sido algo natural".

Cuando examina al Rubén Peña que aguardaba el pase del lateral en su esquina y a este que devora leguas, apenas los reconoce como uno. "No tiene nada que ver con nada de lo que había hecho antes", analiza, más allá de lo evidente, desentrañando lo mental. "Aquí realmente no gano a nadie ni es mi pretensión. Mi único objetivo es competir para sentirme bien. Realmente solo compito contra mis límites".

El alicantino ha ido enlazando pruebas cada vez más exigentes en los últimos años, siempre explorando fronteras: 40 kilómetros, 60 kilómetros... Alcanzó los cien silueteando la península del Barbanza. Aunque más corta, le superó en aspereza una carrera en O Courel. "Es en la que más tiempo he invertido. Tardé casi 18 horas en recorrer 85 kilómetros. En montaña la distancia no lo es todo. El desnivel, cómo está acumulado o la meteorología marcan mucho la dificultad".

Menorca es otro de sus escenarios íntimos. Su mujer es menorquina. Acuden a la isla todos los veranos. Peña ha galopado por sus cicatrices. Así que ese trail del Camí de Cavalls se había convertido en un objetivo lógico. "Me gusta ponerme retos, este me apetecía muchísimo y hemos podido enlazarlo con una causa chula. Estamos entusiasmados".

Habla en plural porque incluye en el proyecto a David Gil, aunque este no corra. Es el alma de la Fundación Fran Gil, creada en recuerdo de su hermano, que falleció de leucemia. Una enfermedad que Rubén Peña también ha sufrido en su familia. "La tenemos en casa, estamos bien pero eso te sensibliza mucho con esta cuestión", conviene Peña.

Una de las actividades que organiza David Gil para recaudar fondos es la carrera "700 camisetas contra la leucemia". Él y Peña se conocieron en la edición del año pasado."Conectamos de manera inmediata. David es una persona que se vuelca con todo esto". Y de esa reunión de deporte y concienciación surgió también su proyecto personal: recaudar fondos mediante su participación en el Camí de Cavalls. "Es el momento de hacer algo. Creía que iba a ser original y cuando me metí en internet vi proyectos similares, pero este es el que nos toca a nosotros. Miles de personas en todo el mundo corren estas distancias. Lo importante es dar difusión al objetivo".

En esencia, Rubén Peña ha dividido los 185 kilómetros del trail en 370 tramos. Los donantes pueden patrocinador todos los que deseen, a 20 euros cada uno, a través de la página 700camisetascontralaleucemia.org. Todo lo recaudado, los 7.400 euros si se cubre la oferta, se entregará a "Recaída 0: matemáticas contra la leucemia", un proyecto "increíble" desarrollado por investigadores de la Universidad de Cádiz que intenta eliminar ese porcentaje de fracaso que todavía se tiene con los niños enfermos de leucemia linfoblástica aguda. "Se te ponen los pelos de punta cuando ves lo que esa gente hace. Están estudiando para tratar de minimizar la recaída de los niños. Uno de cada diez está señalado. Hablan con tanta pasión de ello que ni me pensé en ayudar", explica Peña, que ha encontrado la colaboración absoluta de los organizadores del ultratrail.

No es tanto el escaso dinero que pueda aportar como la visibilidad y concienciación sobre la donación de médula. La parte que le toca es recorrer esos 185 kilómetros, que ha estudiado al detalle: "Empezamos en Ciutadella. La zona norte no tiene grandes alturas pero sí un sube y baja constante y el paso playas hace dura la carrera. Se retira un porcentaje elevadísimo de corredores", detalla. "Los que ganan lo hacen en alrededor de 20 horas. Dan tiempo máximo de 40 y la gran mayoría tarda por encima de 30. Mi reto es tardar menos pero muy cerquita de ahí".

El Camí de Cavalls se disputa el 17 de mayo. La preparación específica de Peña comenzó en diciembre. Un programa que debe conjugar con las obligaciones profesionales y familiares. En una de las últimas sesiones ya ha completado un maratón. Exigente, pero nada en comparación con lo que le espera. "La pelea más grande está con la cabeza de uno mismo", acepta. "Estoy muy motivado y emocionado. Es lo más bonito que he hecho en mi vida".