La etapa de Miguel Cardoso al frente del Celta ha concluido. La derrota y el pobre juego ofrecido ante el Eibar han acabado por sentenciar al entrenador portugués. El valenciano Fran Escribá lo sustituirá en el banquillo. Escribá se hará cargo del equipo ya desde el inicio de la preparación del próximo encuentro contra el Betis.

El Celta ha malgastado su segunda bala. Inició la temporada con Antonio Mohamed, que dirigió al equipo céltico durante trece jornadas. La directiva tardó en asumir que se había equivocado con el perfil del argentino y se decantó por otra de las alternativas que había manejado en verano, un Miguel Cardoso que había sido destituido por el Nantes en la novena jornada.

Pero el portugués no ha podido enderezar el rumbo de la escuadra. Pareció que lo conseguiría tras la derrota de su estreno en Anoeta, al encadenar dos victorias y un empate. Su proyecto comenzó a derrumbarse en el Camp Nou, justo antes del parón navideño; no tanto por una derrota asumible como por la lesión de Iago Aspas. La baja del astro moañés ha desnudado todas las carencias del equipo, que desde entonces solo ha podido sumar una victoria (Sevilla) y un empate (Alavés). Por el camino se ha quedado la propuesta combinativa y de control de Cardoso, que en las últimas jornadas había virado hacia un planteamiento más conservador.

Al final, aunque Cardoso parece ajustarse mejor al tipo de entrenador que el Celta había escogido durante la última década, sus números han terminado siendo peores que los de Mohamed. Este sumó 14 puntos en 12 partidos (1,17). Cardoso, 11 en 14 (0,8).

Y si con Cardoso se intentó continuar la estirpe iniciada con Paco Herrera y prolongada con Luis Enrique, Berizzo y Unzué, entrenadores con muchas diferencias entre ellos pero unidos por un cierto sentido lúdico del fútbol, con Fran Escribá se pretende una operación similar a la de Abel Resino: un entrenador especialista en situaciones apuradas, pragmático, al que no se le pedirá ningún ejercicio de estilo sino exclusivamente la permanencia.

Escribá, que como entrenador tuvo a Quique Sánchez Flores de mentor, no necesitará ningún tipo de aclimatación al fútbol español. Ha sido entrenador jefe de Elche, Getafe y Villarreal. Con el Elche logró el ascenso a Primera División y una permanencia que se perdería después en los despachos. Del Getafe fue destituido tras un gran arranque de temporada, pues la escuadra se había deshinchado. En Villarreal firmó un más que notable ejercicio tras asumir el cargo en pretemporada, tras el sorpresivo despido de Marcelino, pero Roig lo echó al inicio de la siguiente campaña. Conoce, por tanto, todo tipo de situaciones y con diferentes resultados. El Celta deposita en sus manos sus últimas esperanzas.