Isco se reivindicó ayer en Twitter, quizás ya el único sitio donde puede hacerlo. Explotó: "No gozo de las mismas oportunidades que mis compañeros". Estaba respondiendo como un político en un debate (por alusiones) a un toque de atención de Rubén de la Red. "El Madrid no espera por nadie", le dijo el exjugador.

Isco entró al tapo, pero se equivoca en el diagnóstico de su situación. Desfavorecido puede estar Keylor Navas, que después de ser el portero de las tres Ligas de Campeones es suplente por una decisión de mercado. Isco está viviendo una situación mucho peor que el desamparo. Isco vive en la irrelevancia.

Sus números lo demuestran. Desde que llegó Solari solo ha jugado de inicio tres partidos. Contra el Melilla en la pachanga de dieciseisavos de Copa del Rey en la vuelta en el Santiago Bernabeú; contra el CSKA en la última jornada de la fase de grupos en Liga de Campeones, sin nada en juego, y contra el Leganés, también en la competición del K.O., en el partido de vuelta de octavos. No cuenta para Solari y el que fuera el chico de oro de la generación post Cristiano ya solo es titular en las polémicas y solo acierta a poner malas caras.

A Isco esta temporada ya solo le falta pelearse hasta con el que cierra el Santiago Bernabeú, pero eso también lo ha hecho. En la última jornada de Liga, tuvo movida con Chendo, el delegado de campo del Real Madrid. Al final del encuentro contra el Alavés, Chendo le fue a dar una palmada en el hombro. Isco, casi como asumiera su papel de apestado del año, se apartó.

Trató de arreglarlo en la misma red social en la que ayer se pegó un tiro en el pie. Colgó una foto con un sonriente Chendo, y como si los dos fueran dos millenials haciendo las paces, escribió sobre su afeada conducta diciendo que aquello solo había sido "una broma". La foto tuvo más de dos mil "me gusta", pero el desatino no se olvida.

En lo que va de año, Isco ha sufrido una apendicitis cuando quizás estaba en su mejor momento. Después se ha encarado con el público del Santiago Bernabéu y también con la prensa, cuando la prensa le acusó de estar gordo. En definitiva, está a un pelotazo a Reguilón de ser declarado el enemigo público del año.

Mientras tanto las ofertas se van amontonando en Concha Espina. El Chelsea pide 100 millones de euros al Real Madrid para echarle el lazo a Hazard. El belga dice que ya sabe lo que quiere hacer, pero necesitará un documental para decirlo en voz alta.

El Real Madrid no tiene pensado pagar más de lo que pagó por Cristiano en su día por un extremo izquierdo que termina contrato en 2020. Informa el "Daily Mail" que por ello el Madrid incluirá a Isco o a Marco Asensio para endulzar el trato con los londinenses.

En Italia también situaron al malagueño en la Juventus de Turín. Fue a principios de año, cuando parecía que su situación se arreglaría por inercia o por el despido de Solari. El argentino parecía efímero, dilapidando con derrotas y valorando a precio de oro los empates en su única oportunidad de entrenar al Madrid.

Pero ahora Solari está a noventa minutos de jugar una final de Copa del Rey eliminando al Barça de Messi. Se aferra el entrenador a repetir el caso de Zidane, porque en Europa tiene vía libre para dejar galopar a Vinicius, al que solo le falta, como si eso fuera poca cosa, meter goles.

Todo sistema tiende al caos, pero Isco hace tiempo que está fuera del sistema. Isco llega tarde este año hasta para quejarse. Porque no está desfavorecido. Se ha convertido en irrelevante.