Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Radoja rompe la baraja

El serbio se estrena como goleador apuntillando al Alavés y regala al Celta un triunfo agónico ante un rival valiente y disciplinado

Radoja celebra su primer gol con el Celta. // J. Lores

"Me falta marcar un gol para sentirme completo". Éste era la única pega que Nemanja Radoja ponía a su impecable temporada con el Celta, la que le ha convertido en imprescindible para Eduardo Berizzo. Dicho y hecho. El gol que tanto tiempo llevaba cortejando le llegó ayer de improviso para regalar al Celta un agónico triunfo ante el disciplinado y valiente Alavés.

Radoja rompió la baraja en el momento preciso, destrabando un encuentro que parecía abocado al empate frente a un adversario sumamente incómodo para los hombres de Berizzo, incapaces de trasladar al marcador la superioridad numérica de la que gozaron durante casi todo el segundo tiempo por la expulsión con doble tarjeta amarilla del marroquí Zouhair Feddal.

El círculo por fin se ha cerrado. El balcánico se ha estrenado con un gran gol tras recibir una precisa asistencia de Hugo Mallo, el otro hombre del encuentro, al núcleo del área, estirando el pie para controlar en carrera con la puntera y recortar velozmente a su marcador con la pierna izquierda para anotar con un derechazo inapelable.

Un gran gol que recompensa el gran momento de forma del joven internacional serbio y premia la ambición y fe de un equipo que siempre presenta batalla con independencia del escenario, las circunstancias (esta vez favorables) o el rival de turno.

un bravo adversario

El fútbol mostró al Alavés su lado más cruel. No mereció el conjunto de Pellegrino uno castigo tan duro después del solvente encuentro firmado en Balaídos. El equipo vasco fue, de hecho, uno de los mejores equipos que han pasado por Balaídos en la primera vuelta del campeonato. Tácticamente riguroso, disciplinado a la par que valiente, el Alavés presentó batalla en todo los frentes. Discutió la pelota al Celta, le cerró constantemente las líneas de pase y contragolpeó con peligro cuando tuvo la ocasión. Lejos de encogerse en la adversidad, tuvo el coraje de mantenerse en pie y firmar con un hombre menos sobre el césped un ejemplar ejercicio de supervivencia que solo el desborde de Mallo y la inspiración de Radoja pudieron quebrar.

portería a cero

Una de las mejores noticias que ha dejado el choque es que el equipo vigués mantiene su portería a cero por primera vez esta temporada en Balaídos. La fragilidad defensiva ha sido quizá la principal asignatura pendiente del Celta. Solo en otras dos ocasiones, ambas fuera de casa, no había encajado goles el conjunto de Berizzo. Lo hizo en Pamplona, con un empate que le dio su primer punto esta temporada, y lo consiguió poco después en Cornellà-El Prat con una victoria sobre el Espanyol en el descuento (0-2).

Desde aquel triunfo en Barcelona, rubricado a finales del mes de septiembre con tantos de Guiseppe Rossi y Pione Sisto, los celestes no habían mantenido su portería a cero en la Liga ni en competición europea. Apenas lo habían logrado en la Copa en los dos partidos de diceseisavos de final ante el débil UCAM de Murcia.

un portero decisivo

Rubén Blanco sigue sumando méritos para asentarse en la titularidad de la portería celeste. No tuvo mucho trabajo ayer el cancerbero mosense, pues el Alavés disparó una sola vez entre los tres palos, pero tuvo la capacidad de evitar con una gran parada que el equipo vasco se pusiese por delante en el marcador con un hombre menos sobre el campo. La contra, con disparo final de Theo Hernández, uno de los futbolistas más interesantes del cuadro vitoriano, era mortal de necesidad y Rubén abortó el peligro con una intervención decisiva. Esto es precisamente lo que Berizzo quiere de un portero: que salve puntos para el equipo. Y eso es justamente lo que hizo ayer Rubén impidiendo que el rival se subiese a las barbas justo antes de que Radoja le diese la puntilla a dos minutos del descuento.

el gran capitán

Si el gol de Radoja y la parada de Rubén fueron determinantes a la hora de inclinar la balanza, no menos importante fue la aportación de Hugo Mallo. No es habitual que el mejor defensor de un equipo sea también su mejor atacante. Y eso precisamente fue frente al Alavés el marinense, que se desfondó en una vertiginosa carrera de ida y vuelta por la banda derecha. Un seguro de vida en defensa y un puñal en ataque que el Celta intentó hundir una y otra vez en la portería de Pacheco.

El epítome de su partido fue el balón estrellado en el larguero con un imponente zurdazo. Marcar habría sido un acto de justicia a su gran partido, pero finalmente tuvo que conformarse con asistir a Radoja en el gol, que no es poco.

cambios acertados

El inteligente movimiento de banquillo realizado por Berizzo ayudó también de forma evidente al Celta a ganar el partido. El técnico se garantizó la superioridad numérica retirando a Cabral, que arrastraba una amarilla, mejoró la circulación de la pelota en ataque cambiando a Rossi por Guidetti y cerró filas reforzando en el descuento la defensa con un tercer defensa central cambiando a Aspas por Sergi Gómez.

Compartir el artículo

stats