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fútbol - Internacional

La revelación más odiada

El modelo del RB Leipzig, ascendido que lidera la Bundesliga, levanta recelos en Alemania

La plantilla del RB Leipzig celebra su victoria del viernes contra el Bayer Leverkusen. // EFE/EPA

Si un club de fútbol consigue, en solo 7 años, pasar de la quinta categoría de un fútbol tan potente como el alemán a la Bundesliga, y si a los pocos meses de llegar al máximo escalón se encuentra liderando la liga germánica por encima del todopoderoso Bayern de Múnich, lo más normal es que protagonice una historia de cuento. Incluso algunos medios se han atrevido a rebautizar al RasenBallsport Leipzig como el Leicester City de esta temporada. Pero nada más lejos de la realidad. No levanta en los aficionados del resto de ciudades alemanas ni el más nimio espíritu romántico. Al contrario, se han convertido en la revelación más odiada del mundo del fútbol. Ya sin apenas espacio para reivindicar los valores tradicionales de un espectáculo convertido en un supernegocio televisado en HD, el éxito del RB Leipzig supondría, para millones de aficionados, una estocada de muerte al fútbol.

Con una pirueta lingüística, la poderosa empresa de bebidas energizantes Red Bull sorteó los impedimentos legales para que su franquicia futbolística llegase a una de las grandes ligas europeas. En 2009 adquirió un pequeño equipo de la Oberliga, la quinta categoría del fútbol alemán. Tiró de las siglas RB, para dejar claro que ese equipo con los colores de Red Bull, con la marca Red Bull en la camiseta y con un estadio para 43.000 espectadores construido de cero era su proyecto, aunque no le dejasen utilizar el nombre completo de la compañía, como sí hace en su equipo de Salzburgo que domina la liga de Austria desde hace años, en su equipo de soccer en Nueva York, o incluso en el equipo que ya escaló sus primeros peldaños en Brasil.

Dicen que tras consultar a una leyenda de Alemania como Franz Beckenbauer, la empresa del toro llegó a la conclusión de que la forma más interesante de desembarcar en el fútbol alemán era a través de alguna ciudad de la antigua RDA. En el Este existe una enorme tradición futbolística. Millones de seguidores que están huérfanos de un club en la élite. Cuando el pasado verano el RB Leipzig ascendió a Bundesliga se convirtió en el primer equipo de Alemania Oriental que llegaba a este nivel desde 2009.

Ya en categorías inferiores levantaba la animadversión de los aficionados rivales, y estos se lo hacían saber. Lo mismo ocurre esta temporada. Los jugadores que osan vestir su camiseta sufren un ambiente hostil en todos y cada uno de los estadios del país. A los ojos de los aficionados rivales, el RB Leipzig representa el capitalismo feroz, la mercantilización del balompié y la muerte del fútbol tradicional. En esto, además, existe un consenso entre todas las aficiones de Alemania. No importa que sean hinchadas rivales. Todas están unidas por un odio visceral a la nueva revelación de la Bundesliga.

Tifos como vestir de luto todo un estadio para simbolizar la muerte de la cultura que rodea al fútbol, o el destrozo de una lata gigante en mitad de un partido para atacar directamente a la empresa de bebidas son algunas de las acciones llevadas a cabo por aficionados rivales. Incluso llegaron a detener el autobús de sus jugadores para tirarles billetes falsos. El merchandising a modo de bufandas y camisetas contra el RB Leipzig se vende como la espuma e incluso jugadores rivales, profesionales de este deporte, han declarado públicamente su odio a este club.

En la temporada 2009/2010, el mismo año de su nacimiento el RB Leipzig logra ascender a la Regionalliga. La cuarta división. Allí se pasó tres años, logrando un cuarto puesto en 2011, el tercer puesto en 2012 y el campeonato en 2013. El proyecto de la empresa de bebidas energéticas ya estaba en el tercer peldaño. Solo una temporada le llevaría plantarse en la 2. Bundesliga tras invertir más de 2 millones de euros en fichar a un alto número de promesas internacionales del fútbol. Ya en la segunda categoría, en verano de 2014 la inversión fue de 20 millones de euros en 16 fichajes. El equipo acabó quinto. Un año después, y tras llevarse a jugadores como el atacante Davie Selke, del Werder Bremen, por 8 millones de euros, o el defensa central Atinc Nukan del Besiktas por 5 millones de euros, el equipo logró el segundo puesto. Llegó a Bundesliga en donde sus gestores se planteaban luchar por el título a medio plazo. Su brillante arranque de temporada, con 8 victorias, 3 empates y ninguna derrota le mantienen en el liderato, que ocupa en solitario desde que el viernes venciese al Bayer Leverkusen y el Bayern perdiera el sábado en casa del Borussia Dortmund en el que pasa por ser el clásico moderno del fútbol alemán.

Juventud

Con Ralph Hasenhüttl en el banquillo. El nombre clave en los recientes éxitos del RB Leipzig es el de Ralf Rangnick, su actual director deportivo. Como entrenador logró el ascenso a la máxima categoría e inició un proyecto similar al que había llevado a cabo en el Hoffenheim, que hace una década había sido la sensación del país y todavía se mantiene en la élite. Con Rangnick se apostó por un equipo muy joven, con un fútbol de transiciones extremas y cuya plantilla no supera una media de edad de 23 años.

El mediocentro Naby Keita y su compañero en la medular Diego Demme, el delantero alemán Timo Werner, los también atacantes Yussuf Poulsen y Davie Selken o los extremos Marcel Sabitzer y Emil Forsberg son algunos de los jóvenes talentos que están revolucionando la liga alemana esta temporada desde este club prefabricado. Tampoco falta calidad en el apartado defensivo, como demuestra Willi Orban.

Esta juventud y descaro definen a un RB Leipzig caracterizado por ser uno de los equipos que más dispara a puerta, capaz tanto de dominar el balón en campo contrario como de plantear contragolpes vertiginosos, la que pasa por ser su verdadera especialidad. Con estas armas la poderosa empresa de bebidas salió a la guerra y el fútbol le ha puesto en lo más alto de la Bundesliga. Ahora no tiene más remedio que pelear hasta el final mientras millones de aficionados imploran por un fracaso del nuevo proyecto de Red Bull.

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