Disputadas siete jornadas, el Celta y el Real Madrid son los dos únicos equipos que aún no ha perdido un solo partido. El conjunto de Eduardo Berizzo comparte también con el de Rafael Benítez la condición de máximo goleador del campeonato, con 15 goles, y ambos marchan igualados en la tabla con 15 puntos -los mismos que también suma el Barcelona- a rebufo del Villarreal, que lidera el torneo con 16.
En esta privilegiada situación vela armas el conjunto vigués en el parón liguero antes de visitar El Madrigal y recibir al Real Madrid en Balaídos en los dos partidos más complicados que tiene por delante el cuadro de Berizzo en este arranque de competición. Los celestes no solo se van a enfrentar a los dos equipos que le preceden en la clasificación (el Madrid por mejor diferencial de goles), sino que va a medir sus fuerzas a sus dos últimos verdugos en la Liga española. Un enorme desafío que va a calibrar las posibilidades del equipo de Berizzo de hacer esta temporada algo grande.
Y es que el gran momento futbolístico del Celta no es una mera cuestión de siete partidos. El espectacular arranque de curso del equipo de Berizzo es en realidad una prolongación del gran rendimiento ofrecido en el tramo final de la pasada temporada. El Celta llevaba, de hecho, 15 jornadas consecutivas anotando goles y no perdía un partido precisamente desde la visita del Real Madrid a Balaídos el pasado 26 de abril. Su última derrota a domicilio se produjo en marzo en El Madrigal.
El conjunto que dirige Marcelino García Toral fue seguramente el equipo que más problemas dio al Celta la pasada temporada. El Villarreal se impuso con bastante fortuna al cuadro celeste en Balaídos (1-3) y lo goleó sin paliativos en su estadio (4-1). Fue la derrota más clara sufrida por el equipo vigués el pasado curso y eso que los celestes pasaron por un largo bache de diez jornadas sin conocer la victoria en el que firmaron nada menos que ocho derrotas.
El Villarreal se impuso con demasiada facilidad en un duelo en el que los celestes acusaron la importante ausencia por sanción del danés Michael Krohn-Dehli, que propició un cambio de dibujo que el equipo no acabó de asimilar, en buena medida porque el rival despegó en el marcador con dos tantos consecutivos al filo de descanso. Giovanni dos Santos hizo el primer gol amarillo en un contragolpe en el minuto 41 de juego y Musacchio amplió la cuenta local al cabecear a la red un saque de esquina botado por Moi Gómez justo antes de que el árbitro pitase el descanso.
Aunque Augusto abrió la puerta de la esperanza al transformar de cabeza un servicio de Nolito a balón parado nada más reanudarse el juego, fue el equipo amarillo el que sentenció el choque en dos latigazos en la recta final. Vietto hizo el tercero tras ganar la espalda a la zaga celeste y cruzar la pelota lejos del alcance de Sergio y Gerard Moreno sentenció a siete minutos del final después de recibir el balón en el corazón del área y colarlo entre las piernas del cancerbero celeste.
El planteamiento excesivamente conservador de Berizzo, al que no sirvió de gran cosa jugar con defensa de cinco, no ayudó a los intereses del Celta, tal como el propio técnico reconoció tras el choque.
Mucho más atrevido fue el plan del preparador argentino en la última visita del Real Madrid a Balaídos. El conjunto dirigido a la sazón por Carlo Ancelotti ha sido el último en derrotar al grupo de Berizzo en un encuentro oficial. Y el resultado, (2-4) no hace en absoluto justicia al juego desplegado por el Celta, que cayó ante el coloso blanco con un comportamiento heroico que le valió elogios generalizados en todo el mundo.
El Madrid ganó gracias a su demoledora pegada y porque el Celta, que no retrocedió un metro y se enfrentó al conjunto blanco como un igual, pagó muy caras sus escasas imprecisiones defensivas.
Los celestes se adelantaron pronto en el marcador con un tanto de Nolito aunque Toni Kross enseguida igualó la contienda tras recoger un rechace en el área céltica. El mexicano Chicharito Hernández, que apenas había disfrutado de minutos como blanco hasta este partido, hizo el segundo blanco no mucho después y, aunque Santi Mina contestó de inmediato con el segundo céltico en una gran acción a la contra, el Madrid sentenció con otros dos goles, obra de Chicharito, que volvió a anotar antes del descanso, y el colombiano James Rodríguez, que acabó con las esperanzas célticas pasada la hora de juego. El equipo de Berizzo lo siguió intentando durante todo el segundo tiempo y puso contra las cuerdas a los blancos, pero no tuvo fortuna con el gol.
