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balonmano » División de Honor Plata

Pan para hoy, Asobal para mañana

La permanencia es la meta del Octavio en los dos próximos años - El club ha blindado a Silva y Tate hasta 2016 y al resto de jóvenes hasta 2017, cuando espera aspirar al ascenso

Cerillo y Diogo defienden a un rival. // Marta G. Brea

Jabato, Alemany y sus jugadores resoplaron en Zarautz y posaron al fin con siete dedos levantados en el vestuario. El Octavio rompe la racha de cinco derrotas consecutivas. Concluye la primera vuelta con 14 puntos, con la permanencia calculada por los expertos entre 18 y 20, vislumbrando ya la meta en el horizonte.

El encuentro contra el Amenabar (34-37) valió también para profundizar en el crecimiento de los jóvenes menos cuajados. Rubén Figueirido, el niño de semblante impávido y penetraciones suicidas, de cuota en crecimiento, aportó seis goles. Álex Conde, que solo había tenido apariciones esporádicas como avanzado, se lució en defensa. Jabato abandonó el 5.1 habitual. Apostó por un 6.0 con Conde y Quintas blindando el centro. Un eje de altura, para las dimensiones que se estilan hoy en la categoría. Una novedad táctica de efecto inmediato y alternativa para el futuro, que es el tiempo verbal que al club le gusta conjugar.

El Octavio está en una encrucijada histórica, al borde de los cincuenta años desde su fundación. El nuevo equipo gestor, liderado por Cerillo y Jabato, aplica una economía de guerra para limpiar la deuda, lo que implica padecer una gran fragilidad deportiva durante un par de campañas. Es el tiempo en que aferrarse a la División de Honor Plata con uñas y dientes. Si se logra, la entidad podrá recobrar su impulso, vivir con mayor desahogo en la categoría y posiblemente volver a pelear por la Asobal. Es el itinerario ideal que han diseñado.

Los adultos, más o menos veteranos, componen la base de la plantilla: García Lloria, Ballesteros, Hermida, el propio Cerillo... Renuevan año a año. De los fichajes séniors, Diogo y Corcera aportan en lo que se espera de cada uno, también con contratos anuales; Salazar y Molins resultaron un fiasco. Aunque con una contrapartida positiva. Han obligado a los jóvenes a madurar con mayor prontitud, asumiendo más responsabilidad incluso de la prevista, que era mucha.

Si el Octavio logra la permanencia, tiene asegurado un cimiento sobre el que proseguir su construcción. Óscar Silva y Tate tienen contrato hasta 2016; Borja Méndez, Víctor León, Jesús Veiga, Álex Conde y Juan Quintas, hasta 2017. Figueirido todavía ocupa ficha juvenil. Pero es la campaña 2016-2017 la que se concibe, en el plan académico, como la del renacimiento definitivo del club.

Cerillo y Jabato se lo dijeron a los chicos en su arenga inicial. "Queremos que el club crezca económica y deportivamente a la par que vosotros; que no tengáis la necesidad de iros a otro sitio". Su idea es que el equipo afronte esa campaña 2016-2017 con una mayor solidez en bolsillo, estructura y plantilla; que pelear por ascender a la máxima categoría no sea un sueño quimérico sino un objetivo razonable. La crisis del balonmano limita las ofertas interesantes que puedan llegar de fuera de Galicia. Pero Teucro y Frigoríficos estarán acechantes, dispuestos a renovarse con lo que el Octavio haya alimentado. La mejor protección para el club académico será estar a la par que sus vecinos. Hasta lograrlo quedan muchos dedos por levantar en las fotos de vestuario.

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