Urgen la declaración BIC para salvar un mural de Lugrís en peligro

El inmueble, sin actividad, sufrió desprendimientos el pasado mes de noviembre y padece filtraciones. Técnicos de Patrimonio “evalúan la situación para actuar con la máxima diligencia”

Detalle de la vista de la ciudad que Lugrís pintó en la bóveda del antiguo Fornos.

Detalle de la vista de la ciudad que Lugrís pintó en la bóveda del antiguo Fornos. / IRENE MOLINA / LOC

Gemma Malvido

El estado actual de los murales que Urbano Lugrís pintó en el antiguo restaurante Fornos en la calle Olmos de A Coruña es una incógnita hasta que los técnicos especialistas en patrimonio puedan entrar en el inmueble —que es de propiedad privada— y analicen cómo han respondido a las filtraciones de agua y al deterioro que ha sufrido el inmueble desde que está sin actividad, hace ya unos años.

La voz de alarma la lanzó la asociación O Mural hace unos días, quien instó a la Xunta a iniciar los trámites para declarar Bien de Interés Cultural estas pinturas, que forman parte del patrimonio cultural gallego.

A preguntas de este diario, la Consellería de Cultura, informó ayer que “los técnicos de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural están evaluando la situación” de los frescos “para actuar con la máxima diligencia” y que están “ya en contacto con Concello después de que tanto el Ejecutivo local como la asociación O Mural les informasen de que se habían producido desperfectos en el edificio.

Mural de Lugrís, en el antiguo restaurante Fornos.

Mural de Lugrís, en el antiguo restaurante Fornos. / VICOM/ CEDIDA POR ABANCA

El 23 de noviembre se produjo un desprendimiento de cascotes de la fachada del edificio, que encendió todas las alarmas que el tiempo y el olvido habían apagado. La Xunta aseguró ayer también que informará “en cuanto se concreten los próximos pasos” a dar para la protección de estos frescos que, según indica el presidente de la Asociación de Amigos de los Museos de Galicia, Pedro Vasco,son “excepcionales” por el detalle que Lugrís puso al pintarlos y por todos los detalles que introdujo de la ciudad herculina.

El periodista Rubén Ventureira, que fue comisario de la exposición Paredes Soñadas, hace hincapié también en que en estos frescos se recogen muchos de los elementos icónicos de la obra de Lugrís, como la sirena, sus fondos submarinos, sus peces en ojos de buey, sus galeones y molinos, incluso ese sol sonriente, que ilumina la bóveda y todas las “casitas verticales” que tan reconocibles son la obra lugrisiana.

Ventureira recuerda que, a principios de este siglo, cuando el local pasó a ser La Bottega, se realizó una pequeña cata para conocer el estado de los murales. Ya entonces, las pinturas no estaban en su mejor momento. “Hay que recordar que se hizo antes de la entrada en vigor de la ley antitabaco y que el local siempre fue restaurante, el primero de la ciudad en el que se pudo pedir a la carta, también parrillada, con lo que eso significa de humos y grasas y que fueron apagando sus colores”. Según expertos en la obra de Lugrís, el pintor no solía utilizar materiales de primera calidad, por lo que su deterioro podría ser mayor en caso de que estuviesen en contacto con la humedad.

Una pintura protegida pero no al máximo nivel

Los murales están protegidos por el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) y también forman parte del ámbito de protección del Plan Especial de Protección y Reforma Interior de la Ciudad Vieja y e Pescadería (Pepri), por lo que los dueños tienen la obligación de facilitar la entrada a los técnicos para evaluar el estado de estas pinturas, que corren el riesgo de desaparecer. Para intentar evitarlo, la asociación O Mural, presentó una solicitud para que la Xunta declare Bien de Interés Cultural (BIC) estos murales, con el objetivo de que adquieran la máxima protección, al igual que el mural que estaba en el antiguo Vecchio y que Abanca restauró para exhibir en su sede en la calle Olmos.

La Xunta tendrá seis meses —hasta el mes de julio— para pronunciarse sobre esta petición. Por ahora, sus técnicos evaluarán el material aportado por el Concello.

Unas fotografías que corroboran el deterioro

La Consellería de Cultura recibió ayer las fotografías que, según fuentes municipales, le enviaron los propietarios del edificio sobre los murales de Urbano Lugrís. Los técnicos de la Xunta evaluarán ese material para decidir si es necesario realizar alguna acción más con el objetivo de discernir cuál es el estado actual de los frescos, toda vez que las imágenes aportadas son de baja calidad y no recogen la totalidad de las pinceladas dadas por Lugrís.

Detalle de los murales que Lugrís pintó en el restaurante Fornos, fotografiados para el catálogo de la exposición ‘Lugrís, paredes soñadas’.

Detalle de los murales que Lugrís pintó en el restaurante Fornos, fotografiados para el catálogo de la exposición ‘Lugrís, paredes soñadas’. / VICOM/CEDIDAS POR ABANCA

Fuentes del Gobierno local indicaron que, una vez que los propietarios del edificio de la calle Olmos habían enviado estas instantáneas, el Concello les reiteró su interés por que los técnicos municipales “puedan revisar personalmente el estado de los murales” y, tras enviar la solicitud, está a la espera de respuesta. El Concello explicó a principios de este año que no podía contactar con los dueños de la propiedad para requerirles que facilitasen la entrada a los expertos municipales para conocer el estado en el que se encontraban las pinturas.

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