Ya no es noticia, pero su presencia sigue asustando a aquellos que se encuentran con ellas. Este verano se ha intensificado la presencia de orcas en las costas gallegas y raro es el episodio en el que no haya sucedido algún incidente con las embarcaciones a las que estos cetáceos "visitan".

Si bien no ha habido que lamentar daños personales, sus ataques y colisiones han dejado a algunos barcos sin mando, y a sus tripulaciones con el miedo en el cuerpo hasta que han sido rescatados y remolcados. Ocurrió, por ejemplo, esta semana cuando un velero navegaba de Vigo a Sada. Estos imponentes animales atacaron el barco y le rompieron el timón. Al final tuvo que ser remolcado hasta Muros.

Por eso, cuando hace unas horas alguien avistó lo que parecía una orca en aguas de Panxón (Nigrán), sus fotos corrieron como la espuma. Todos pensaban que se trataba de estos "bañistas" que ya se han convertido en habituales en la litoral de Galicia. Las instantáneas también llegaron a manos del colectivo CEMMA, la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños, y que desde hace más de 20 años se encarga de asistir a los numerosos varamientos de animales en las costas de Galicia.

El arroaz boto avistado en las últimas horas en aguas de Panxón. cedido

Pero uno de sus biológos, Alfredo López ha confirmado a FARO que no se trata de una orca: "Es un arroaz boto, o delfín gris", declara con contundencia. "Si bien, no es habitual verlo por nuestras aguas ya que estos delfines viven en la plataforma, no es raro que se avisten de vez en cuando cerca de la costa", matiza Alfredo. También asegura que este ejemplar no es peligroso. Aunque pertenece al grupo de los delfines, la morfología de su cráneo es más similar al de las orcas que al de los arroaces comunes, al carecer de hocico afilado, quizá de ahí la confusión.

Arroaz boto Sociedade Galega de Historia Natural

Con respecto a las orcas, desde el 2020 se están dejando ver por las costas españolas. Y este año se contabilizan hasta 150 interacciones. Desde el Estrecho, pasaron por Portugal y acabaron en las costas de Galicia.

La velocidad es una motivación para ellas. Así que, desde CEMMA aconsejan parar la embarcación y mantener la calma en el caso de encontrarse con una.