La hostelería ha vivido en los últimos meses un auténtico terremoto debido a la pandemia. Los cierres obligados por parte de las autoridades sanitarias han marcado el año más difícil para el sector, pero hay algunos empresarios que llevan mucho tiempo sufriendo vaivenes económicos, pero por motivos bien diferentes. Es el caso de Aquilino Rodríguez, propietario de la cafetería La Gran Manzana, una de las más frecuentadas del centro de Tui. Denuncia una “persecución” por parte de la Policía Local desde hace veinte años, es decir, desde que abrió. Todo empezó con una multa puesta al poco de inaugurar el establecimiento por tener sombrillas con publicidad en la terraza. Una sanción de 9.000 euros que acabó en los tribunales y que ahora ha tenido que abonar con intereses, pagando 12.000 euros. Desde ese primer encontronazo, cuando el alcalde del municipio todavía era Antonio Fernández Rocha, los problemas con la Policía Local han sido continuos.

“Tengo unas cuarenta multas, la mayoría de ellas por parar con el coche frente al local”, lamenta el hostelero. Denuncia que las sanciones llegan incluso por parar en doble fila para descargar mercancía. “Me siento perseguido. Además, la mayoría de las multas ni siquiera avisan con un papel, me llegan posteriormente”, lamenta. Las últimas dos sanciones llegaron el mes pasado. Hay que recordar que el paseo Calvo Sotelo, en la Corredera, está peatonalizado desde hace meses, por lo que la situación es todavía más complicada. El Concello está expidiendo tarjetas para residentes y empresarios de la zona que les permitan entrar con el coche y parar durante unos minutos para descargar o hacer alguna compra. Pero a Aquilino todavía no le ha llegado.

El Concello: "Es una guerra que él mantiene con la Policía"

“La Policía hace un trabajo profesional, y denuncia cuando es oportuno. La tarjeta le llegará pronto y permitirá identificarlo como vecino de la calle, pero esto es una guerra que él mantiene con la Policía Local”, aseguran desde el Concello de Tui. Fuentes del gobierno tudense actual defienden que se ha tratado de mediar entre la Policía Local y el hostelero sin éxito, por lo que el conflicto sigue más vivo que nunca.

Una de las curiosidades de esta “guerra” es que el local está situado justo en frente de la sede de la Policía Local de Tui, por lo que la tensión es palpable. Los diferentes gobiernos locales que han pasado estos años por el Concello no han conseguido poner fin a este conflicto aunque han intentado “mediar” y, en algunos casos, aseguran, pedir cierta “cintura” a los agentes”. Pero nada ha funcionado. El propio Aquilino Rodríguez ha colgado un cartel en el exterior de su local amenazando con “traspasar” el establecimiento por el “acoso de la Policía Local” y por “inventarse multas” contra él. Mañana reabrirá su bar con las restricciones impuestas en la actualidad en Tui: solo hasta las 17.00 horas y con la terraza únicamente al 50% del aforo. En el interior no podrá servir.

La última sanción impuesta por la Policía Local a Aquilino, no obstante, no tiene que ver con su cafetería. Fue por saltarse una señal de Stop, algo que reconoce que no debió hacer, pero denuncia que los agentes le “persiguieron con las sirenas puestas”, algo que considera “completamente excesivo”.